Créanlo: Desde hace nueve meses (¡Nueve meses, carajo!) el vertedero de Jarabacoa es una inmensa hoguera que ha causado muertes, internamientos, centenares de afecciones respiratorias y visuales, daños al turismo, la foresta y la fauna y contaminación de las aguas subterráneas, agrícolas y de consumo humano. Todo ante la mirada indiferente de las autoridades (dizque “autoridades”) del municipio, de la provincia de La Vega y del país. La gente de Jarabacoa suplica que, sea o no con una consabida “Visita Sorpresa”,  intervengan los organismos  competentes (bueno, ojalá que eso de “competentes” no resulte una exageración).