Está harto demostrado en los mil intentos después que dizque murió Trujillo (algo falso de toda falsedad), que la manera más fácil de no hacer una reforma policial es preguntándole a la Policía Nacional si se quiere reformar, para que haya menos charreteras, menos corrupción, menos vulgaridad, menos ignorancia y menos permisividad. Y precisamente es lo que han hecho todos los gobernantes (todos) que han ofrecido reformar lo que simplemente debe ser disuelto para volver a empezar. Es que no hemos tenido un verdadero estadista que diga, apoyándose sólo en la sociedad: “Esto es lo que va”.