El impacto del virus cuestiona no solamente la concepción o diseño sino hasta la propia existencia de no pocas instituciones. La Seguridad Social es una de ellas.
El impacto del virus replantea el seguro de desempleo, los sistemas de salud, las pensiones cuyos fondos en algunos países tan icónicos como Chile ya se retiran parcialmente y que en la República Dominicana es un tema de debate. También las pensiones de sobrevivencia que alcanzan mayor sentido en estas circunstancias presentan dificultades para hacerlas realmente efectivas, así también las pensiones por incapacidad temporal o permanentes ante la pandemia y las importantes prestaciones por riesgos laborales.
La Seguridad Social ha sido de los más recurrentes enfoques como respuestas de los Estados ante las llamadas contingencias sociales, adversidades propias de la vida tales como la pérdida de ingresos, la salud, los accidentes en el trabajo y otras más, todas denominadas por los organismos especializados como Prestaciones.
Las referidas junto a otras suman 10 Prestaciones en el Código Iberoamericano de Seguridad Social y 9 en la Norma Mínima 102 de la Organización Internacional del Trabajo OIT. Es lo que se denomina en el plano internacional como Sistema de Seguridad Social consideradas como una estructura de protección para las ciudadanas y ciudadanos ante tales riesgos.
En la República Dominicana se dio un gran paso con la Ley 87-01 que crea el Sistema Dominicano de Seguridad Social, una de las más avanzadas de la región. Pero sorprende a la fecha que aspectos tan importantes como el modelo de atención en salud que comprende el Primer Nivel de Atención nunca se ha implementado, el Seguro de Desempleo consignado en el artículo 50 párrafo II de la ley, no pasó de ser una mera referencia, los riesgos laborales cuyos fondos llegaron a ser muy cuantiosos se hicieron tan inoperantes que se le retiraron recientemente la mayor proporción de los mismos para otros fines, sin una sola protesta. Y qué decir de las exageradas pensiones privilegiadas con fondos públicos.
La Seguridad Social devino en universal al responder a una gran necesidad y tanto en su etapa de los Seguros Sociales orientados a las relaciones laborales de dependencia con Otto von Bismark a partir de 1883 en Alemania o posteriormente el modelo que contempla a toda la sociedad con William Beveridge en el 1942 en el Reino Unido, se concibieron para una gestión estatal más armónica ante las desigualdades sociales que se agravan frente a las contingencias.
Hoy el impacto del virus y ante las debilidades y/o ausencias de respuestas efectivas, impone replantear la Seguridad Social como sistema.