Cuando Caperucita decidió aliarse con el Lobo, y salir con él, despavorida, hacia lo más profundo del bosque, fue porque ya no soportaba a la abuelita, que sólo hablaba de elecciones. Cuando Pinocho se hizo guerrillero solitario para ajusticiar al viejito Gepetto, fue porque no aguantaba su perorata electoral. Y cuando Blancanieves aceptó ciertas sugerencias de Tarzán y se fugó con él hacia kriga bundolo mata, fue para liberarse de esos malditos siete enanos, alienados en la campaña electoral. (Por eso, este día me dedicaré a leer puros cuentos infantiles. Y quien me hable de elecciones, ¡que se prepare!).