Dos líderes con ambiciones de poder son dos problemas difíciles de resolver. Algunos defienden la hipótesis de continuar trabajando en la reorganización y consolidación del PRM para después lanzarse a la elección del candidato presidencial. Esto podría durar hasta marzo, tiempo corto para una tarea tan gigantesca.
Esta hipótesis supone que los dos líderes deben olvidarse de sus respectivas campañas e integrarse de lleno al proceso organizativo, que incluye por supuesto, un padrón de electores.
La otra hipótesis plantea una definición del candidato presidencial que irá en la boleta del PRM antes de diciembre, lo que facilita y acelera la reorganización del PRM bajo un solo liderazgo. Obviamente debe haber consenso entre los altos dirigentes del partido para la conformación de los cuadros directivos. El problema de esta hipótesis es como se elige ese candidato si no existe un padrón. ¿Por encuestas? Lo dudo.
Visto de esa manera todo parece indicar que hay un tranque, porque ambas hipótesis parecen razonables pero difícil de aplicar. Y lo peor de todo es que cualquiera que sea la decisión final que se adopte para elegir al candidato del PRM, la pregunta es si el perdedor apoyará incondicionalmente al ganador, al margen de los arreglos políticos para compartir el poder en caso de alcanzarlo. Eso sin cometer el error de olvidar a los partidos y movimientos que podrían aliarse al PRM para sacar al PLD del poder.
No menos importante es seleccionar a los candidatos para los miles de cargos que serán elegidos por votación con la mayor transparencia posible, dejando de lado las arbitrariedades y compadrazgos tradicionales. Eso incluye a líderes de otros partidos aliados que serán determinante para un triunfo electoral en muchas comunidades.
El sentir de mucha gente es que los dos liderazgos están más preocupados por atraer gente a su redil y avanzar en la lucha por la candidatura, que en la organización del PRM. Buscan a toda costa afianzar sus posiciones y captar adeptos, aunque su mensaje es trabajar juntos para fortalecer el partido.
Y esas contradicciones se reflejan en sus voceros, que hablan más de la cuenta y confunden a la gente creando desconfianza e incertidumbre.
Es la percepción lo que vale, lo que se respira en el ambiente aunque no necesariamente suceda así. Pero la percepción, cuando huele mal y se expande más allá del circulo partidario, pulveriza la esperanza de aquellos que quieren un cambio de rumbo en el país, sin importar el partido que sea. Hablamos de esa mayoría silente preocupada por el totalitarismo que nos amenaza y que puede hacer la diferencia para sacar al PLD del poder si ven algo que los atraiga. Y no es sacarlo para siempre sino alternar el poder para consolidar el sistema democrático
Por esa razón, es urgente combatir y eliminar ese ambiente de frustración y de dudas sobre el futuro de la nueva organización y eso incluye a altos dirigentes, dirigentes de base y profesionales que han jugado una pelota caliente en el quehacer perredeista a través de su historia. Pero no ven acción.
Por ejemplo, en el PRD anterior, cuando se jugaba la presidencia en el 2012 con Hipólito Mejía a la cabeza, la Comisión Económica era un centro de poder y de talento, no solo por lo económico sino porque ahí se dilucidaban los temas más variados del quehacer nacional y del propio partido. De hecho, a la Comisión asistían los altos dirigentes del PRD, expertos de todas las aéreas temáticas y estrategas políticos, porque era un foro de denuncia semanal que le hacía mucho daño al gobierno.
Resulta que al terminar el mandato de Leonel Fernández, las denuncias que la Comisión Económica del PRD hacia semanalmente, sobre los desmanes, robos y abusos que se cometían con los recursos públicos para apuntalar al Danilo Medina, resultaron un canto de sirena respecto a la magnitud del desastre.
Un desastre que le costó al país 200 mil millones de pesos, desfalcados impunemente y cuya responsabilidad recae exclusivamente en Leonel Fernández.
Pero tanto, los danilistas que promueven la reelección, como los líderes del PRM, apuestan al deterioro de la imagen de Leonel Fernández en la medida en que la justicia avance en el sometimiento de sus más cercanos colaboradores por corrupción y lavado de activo. Pero no hay fuerza política ni una justicia que se atreva a hacerlo. Ya vimos los primeros rounds.
Visto de esta manera, el enfrentamiento electoral en el 2016 es muy posible que sea con Leonel y eso obliga al PRM a trazar una estrategia de ataque desde ya, usando todos los medios e informaciones que tiene a su alcance.
Por esa y otras razones, mientras el PRM se organiza y define sus candidaturas, hay que rescatar a los hombres y mujeres de talento que formaron parte de la Comisión Económica y de otras instancias del PRD y ponerlas a trabajar desde ya. También atraer a otros talentos de partidos que pueden aliarse al PRM para formar un gran frente de denuncia permanente que le abra los ojos a una nación secuestrada por la ignorancia, el chantaje, el clientelismo y las gratificaciones. Una vil explotación del hambre.
Hay que buscar alguna forma legal o institucional (ad hoc) dentro del PRM para devolverle a la Comisión Económica su poder beligerante, siempre que ambos líderes integren a su gente bajo un mismo techo hasta que definan quien será el candidato. Porque ahora hay división hasta entre los economistas de ambos bando.
La creencia de una derrota del PLD, con Leonel como candidato, crece como una bola de nieve bajando de la montaña y la única opción para lograrlo es un PRM fuertemente unido al lado de sus potenciales aliados.
El problema mayor, sin embargo, es el poder del dinero, el poder político y la disciplina del partido gobernante y en eso Leonel lleva una gran ventaja, que se multiplica si consigue que Danilo permita el uso fondos públicos para apuntalar su candidatura, lo que agravaría aun más la frágil situación económica del país. Esto último, sería un suicidio para el futuro político del actual presidente, que posee una altísima ponderación positiva de su mandato.
Pero el alto nivel de rechazo a un candidato y los peligros de desestabilización política que supone su vuelta al poder, pueden ser más poderosos que todo el dinero del mundo. Y eso también lo debe tomar en cuenta el Presidente Medina, que no está exento de represalias si Leonel vuelve al poder.
Al margen de amplio apoyo que posee el primer mandatario, este país se está cayendo en pedazos, con todo y sus cifras optimistas sobre el desenvolvimiento de la economía, pero que no cambian en nada la miseria, el hambre, el desempleo y la desesperación de las familias dominicanas. Y nadie se da cuenta de eso, porque al pueblo no se le suministra información veraz sobre lo que esta ocurriendo dentro y fuera del gobierno. Simplemente no hay oposición. Igualmente, países aliados y miembros de la comunidad internacional, callados pero bien informados, esperan mucho más de esa oposición unida para frenar un continuismo que se torna altamente peligroso para el futuro de la Nación.