Distinguido doctor Moreno:
Reconózcalo: su aspiraciones presidenciales han fracasado. Al menos hasta ahora. Si bien es cierto que en 2012 los votos obtenidos por su candidatura se triplicaron en relación a las elecciones de 2008, este crecimiento se derrumbó en 2016 a apenas un 0.35 por ciento de las votaciones. Esta votación, fue incluso menor a la que recibió su candidatura ocho años antes. En las últimas elecciones, su candidatura recibió la misma cantidad de votos que la candidatura de la Fuerza Nacional Progresista. Su popularidad no solo no creció, sino que mermó. Por otro lado, es cierto que recientes encuestas pronostican una votación similar a la recibida en 2016. Pero también que la de Ramfis Domínguez, que se tira al ruedo electoral por primera vez, sería varias veces mayor.
Un político debe dar muestras de lucidez, humildad y pragmatismo. Poco importa las razones por las que su popularidad en las urnas sea igual o inferior a la de lo peor de la política dominicana. Debe usted ser lúcido y humilde y reconocer que esta minúscula montaña rusa lo llevará difícilmente a la presidencia. Debe ser pragmático y modificar su estrategia. No solo se sirve a los dominicanos como presidente. Se les puede servir desde otras posiciones en el gobierno.
Debe usted imitar a Eduardo Estrella, quien ha renunciado – al menos temporalmente – a sus aspiraciones presidenciales y aceptado la candidatura a la senaduría por el PRM para la provincia de Santiago. Estrella es dado como favorito. Quizás pueda aportar a la nación menos como senador que como presidente. Pero aportará más, sin lugar a dudas, como senador que como opositor.
Como he dicho antes, mi apoyo a la candidatura de Luis Abinader no obedece en lo absoluto a intereses partidarios. Pretender que su gobierno sería la suma de todas las virtudes es una ingenuidad. Sin embargo, es preciso desalojar al PLD del poder. La democracia dominicana no soportaría un nuevo gobierno morado. Creo que es necesario que usted renuncie a sus aspiraciones e instruya a sus seguidores a votar por Abinader, y eso desde la primera vuelta.
Debe usted imitar a Eduardo Estrella, quien ha renunciado – al menos temporalmente – a sus aspiraciones presidenciales y aceptado la candidatura a la senaduría por el PRM para la provincia de Santiago.
Podría usted condicionarlo a ser nombrado como ministro de un eventual gobierno encabezado por este. Pienso en el Ministerio de Relaciones Exteriores, convertido por Miguel Vargas en un almacén de botellas. Pienso, sobre todo, en la Procuraduría General de la República. Al cinismo de Jean Alain Rodriguez y a la falsa diligencia de Francisco Domínguez Brito debe suceder la energía, la intransigencia con la corrupción, de un procurador digno de tal nombre.
Han pasado veinte años desde que ocupó la Fiscalía del Distrito Nacional. Casi una generación. Es probable que por ello una parte importante del electorado ni siquiera recuerde sus enérgicas actuaciones. Su desempeño como procurador redundaría en ventajas para todos los dominicanos, incluyendo a usted mismo: si cumpliese usted eficazmente con sus responsabilidades como procurador, recibiría el apoyo de un pueblo harto de la corrupción y de la impunidad y le convencería de que usted está capacitado para ocupar la presidencia. Mientras esté usted en la oposición, sin embargo, su capacidad presidencial no pasaría de ser una conjetura.
Si en verdad está usted interesado en el bienestar de los dominicanos, debe seguir usted mi humilde y desinteresado consejo. Estaría en condiciones de satisfacer no solamente las ambiciones de los dominicanos, sino las suyas, legítimas por demás. Doctor Moreno, ya está bueno de aspirar a la presidencia. Piénselo.
Cordialmente,
Pablo Gómez Borbón