Radhamés Camacho, presidente de la honorable (perdonen la ironía) Cámara de Diputados, ha dicho: “La Junta Central Electoral es sinónimo de las mujeres, en su calidad de amas de casa, que por más que usted les dé nunca les alcanza el dinero”. Con esta expresión, de alta categoría misógina, por fin este hombre ha ganado un merecido espacio en la historia nacional de la indecencia; espacio muy bien ganado, después de más de treinta años de inútil luchismo sindicalero en el gremio magisterial, en el que no pudo obtener un lugar equivalente en la historia nacional de la nobleza.