Nueva York.-Alexandria Ocasio Cortez, la boricua de 28 años que destronó a Joseph Crowley, un demócrata de 56 años con 20 en el Congreso, desató un movimiento nacional.

Ella demostró, que los “viejos robles” carcomidos y corrompidos, se derrumban con un discurso coherente y movimientos estratégicos, muchos jóvenes emulan  su ejemplo.

Jóvenes liberales en varios estados desafían “viejos robles”, alguien de origen dominicano debe desafiar a la corrupta maquinaria demócrata en El Bronx.

El triunfo de Ocasio Cortez empezó a debilitarla, se apoyaba en Crowley, cuyo distrito Congresual 14 incluye parte del Oeste de El Bronx; y Adriano Espaillat, del Distrito 13 que cubre el Suroeste del condado.

Se derrumbó Cowley y Dominicanos USA (DUSA) la organización estimulada por la familia Vicini que inscribió  votantes para Espaillat está en desbandada; cinco de nueve miembros abandonaron su Consejo Directivo.

Con el derrumbe de Crowley, y Espaillat tambaleando, en El Bronx pueden surgir caras nuevas dominicanas, pensantes, independientes y liberales.

La maquinaria de El Bronx, extrañamente, se apoya en dominicanos, incluido Espaillat,  para despojar a los dominicanos del poder.

Rubén Díaz, un reverendo boricua ultra derechista y homofóbico, es aliado de Crowley y Espaillat; su hijo Ruben Jr. preside El Bronx, el viejo era senador estatal, ahora es concejal.

Crowley perdió, ya el reverendo está en problemas, el Concejo Municipal lo investiga por posibles faltas éticas, ahí la comunidad LGBTQ, que lo desprecia, tiene mucho poder.

Díaz preside un concilio de iglesias evangélicas, la mayoría de los pastores y fieles son dominicanos, como sus votantes; ellos le entregaron su poder.

En el Bronx, los dominicanos somos la mayoría latina, necesitamos que alguien reclame nuestra legítima cuota de poder.

Una figura dominicana nueva con un discurso coherente y aglutinador puede cambiar la historia, ocurre a nivel nacional.

Es ahora o nunca.