Aunque, a diferencia del gran procerato de América, nunca pronunció un discurso ante las masas; ni escribió un libro que detallara su pensamiento; ni teorizó públicamente sobre las ideas liberales; ni arengó tropas populares; ni debatió con nadie en ningún escenario, el pobre Juan Pablo Duarte (“pobre” por ser el líder mas maltratado, negado y traicionado de esta historia de heroicidades y oprobios) resumió en una frase genial el más profundo sentido de la república que soñaba: “Sed justos, lo primero, si queréis ser felices”. (Lo que quiso decir en pocas palabras es que sin justicia social no puede haber democracia).