Nueva York.-Los Clinton son la pareja más talentosa de la política estadounidense y mundial del último cuarto de siglo. Sin reducir su altísima de rechazo, Hillary marcha hacia una victoria arrolladora, porque no hay debates electorales, hay una comedia en torno a Donald Trump.

Los problemas de Trump resultaron ser tan serios y atormentantes, que nunca pudimos discutir los de Hillary.

Las campañas políticas siempre discuten dos propuestas, preguntas o posiciones, casi siempre contrapuestas.

Trump trajo la mejor  propuesta: “Cambio”, eso ansía el electorado completo.

Con una consigna poderosa.

“Hacer a América Grande Otra Vez”, dirigido a una población específica.

Quienes definen el país como “America”, lo conciben como nación blanca, cristiana y machista, donde mujeres, minorías étnicas y sexuales no importan

Son blancos con poca educación que ganaban hasta $40.00 la hora en la desaparecida economía industrial, e ignoran cómo perdieron esos ingresos.

Trump ofrece respuestas simples que ellos quieren escuchar:  “Se llevaron los empleos y los restantes, los tienen los inmigrantes”. Promete “traer los empleos de retorno” y “deportar a los inmigrantes indocumentados”, exactamente lo que ellos quieren escuchar.

Hillary cambió la discusión, del “cambio”, a la incapacidad de Trump para propiciar ese cambio, ella tampoco propone “cambio”, solo insiste en que Trump no puede hacerlo.

Hillary se impuso, sacó el “cambio” del debate electoral, ahora Trump no es un candidato, es una gran distracción de lo que debió ser un debate electoral.

Para Hillary, Trump funciona como las amenazas terroristas bushistas. Trump siempre nos distrae de lo dañino para Hillary, con nuevos disparates mucho más escandalosos que los anteriores.

Trump nos distrae de los lados oscuros de Hillary, destruyó el Partido Republicano y reducirá su representación congresual.

Hillary puede ganar arrolladoramente, y los demócratas podrían recuperarán el Senado con una cómoda mayoría, gracias a Trump.