¡He descubierto el remedio infalible contra la soledad! ¡Nada de fiestas escapistas! ¡Nada de lecturas evasivas! ¡Nada de caminatas hasta el cansancio total! ¡Nada de largas reflexiones sobre el ser y la nada! ¡Nada de evocaciones nostálgicas flagelantes! Lo que acabo de descubrir lo  recomiendo a todos los que quieran gozar la soledad como sea que se presente (porque si es soledad amarga, la endulza, y si es dulce soledad, la endulza más). Bueno…en realidad, son tres remedios infalibles, juntos o separados, con un mismo nombre consecuente: ¡Soledad Pastorutti, Soledad Bravo y Soledad Giménez!