El clientelismo es una actividad electoral, que contraria a la integridad de los procesos electorales, que ha sido utilizada desde el Antiguo Imperio Romano, en el cual los hombres de poder tenían clientes que les servían y obedecían a cambio, principalmente, de protección.

En su Enciclopedia de la Política, Rodrigo Borja, define el clientelismo como “un estilo de hacer política que consiste en generar fidelidades y gratitudes en grupos de la población a cambio de favores que les dispensan u ofrecen los políticos. Es la formación o fomento de esos grupos para respaldo de las acciones políticas, electorales o de gobierno. Algunos lo han definido como el cambio de votos por bienes o servicios”.

La actual campañas electoral, como todas en las que ha participado el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) desde el gobierno, se ha caracterizado por una campaña clientelar en la que los bienes públicos se cambian impunemente por votos.

Como consecuencia del uso ilimitado del clientelismo por parte de los candidatos del partido de gobierno, la República Dominicana ha ocupado en los últimos años los primeros lugares en las actividades clientelares en América Latina, superando países como  Argentina, Venezuela y México, de conformidad con el Latinobarómetro .

Los candidatos del PLD, encabezados por Gonzalo Castillo, han utilizado impunemente los recursos del Estado durante la presente campaña electoral.

Muchos ciudadanos ignoran que la funcionaria clave del clientelismo es la vicepresidenta de la República, Margarita Cedeño, quien funge de coordinadora del Gabinete de Políticas Sociales (GCPS).

Sin embargo, quien ostenta actualmente el récord más sorprendente de clientelismo político es el actual candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Gonzalo Castillo, quien no conforme con haber repartido con fines electorales, en medio del COVID-19, una gran parte de los alimentos del Plan Social de la Presidencia, se ha dedicado en este tramo final de la campaña a intercambiar gas a granel por votos, una ilegal y peligrosa práctica, creada por él, que no tiene precedente en América Latina.

Otra novedad clientelar creada por Gonzalo Castillo, en tiempos del COVID-19, fue la de transportar dominicanos gratuitamente desde el extranjero en los aviones de su empresa aérea, los cuales antes y después de regresar al país le devuelven como contraprestación la dramatización mediática de agradecimiento por el extraordinario favor recibido, además de la promesa de favorecerlo con el voto en las elecciones del 5 de julio del 2020.

Sin lugar a dudas, en ninguna de las campañas electorales anteriores se usaron tantos recursos del Estado como en la actual, que encabeza Gonzalo Castillo, en perjuicio de la integridad de las elecciones.

Para la Junta Central Electoral su única misión es organizar las elecciones, en desmedro de su obligación constitucional de garantizar la libertad, la objetividad, la transparencia y la equidad de las elecciones, motivo por el cual los candidatos del PLD, encabezados por Gonzalo Castillo, han utilizado impunemente los recursos del Estado durante la presente campaña electoral.

No obstante el presidente Danilo Medina haberle cedido el Estado al candidato de su partido, Gonzalo Castillo, para utilizarlo en actividades clientelares, los resultados electorales han sido catastróficos, como se comprueba en las encuestas independientes, que han sido consistentes en otorgarle al candidato morado un porcentaje de intensión del voto muy distante del atribuido a Luis Abinader,  candidato presidencial por el  Partido Revolucionario Moderno (PRM).