No hay otro país en el mundo que tenga la gran cantidad de gatos (de la variedad “jorocón”), y no menos cantidad de macutos, como los que tenemos aquí. Por eso, nadie se asombra de que en este país de grandes macutos corruptos y grandes jorocones corruptores tengamos con frecuencia un jorocón entre macuto. Por ejemplo, en el caso de David Ortiz hay un misterioso jorocón de nombre desconocido bien resguardado en anónimo macuto…Pero es seguro que por lo menos Jean Alain y Ney Aldrín sepan quién es el jorocón (gran delincuente, autor intelectual) y en qué poderoso macuto (político-funcionario) se protege.