“Nuestra opción es considerar la política como una práctica o actividad colectiva que los miembros de una comunidad llevan a cabo. La finalidad de esta actividad es regular conflictos entre grupos. Y su resultado es la adopción de decisiones que obligan por la fuerza, si es preciso a los miembros de la comunidad”. (José Valles y Salvador Martí: Ciencia Política).

Nuevamente, en la semana del lunes 23 al viernes 27 del cursante mes de noviembre, Gallup/Hoy nos entregaría su Encuesta acerca del acontecer social-económico-político-institucional de la sociedad dominicana. Una macroscópica que grafica las palpitaciones más acuciantes de la ciudadanía.

La auscultación, en esta oportunidad, pone en su justa dimensión los temas que más gravitan en la sociedad y nos iluminan sobre la jerarquización de los cambios. Lo penoso de todo ello, a lo largo de los últimos años, es que la partidocracia dominicana no toma estos estudios para tratar de cerrar un ciclo que se agotó desde la dimensión política en nuestra formación social. No asimilan que la política es la dinámica social que encierra integración social en medio de la diversidad, que ella toma en cuenta y es expresión de mirar el cuadro de las diferencias de la incertidumbre, de los riesgos, de la búsqueda de seguridad que augura el anhelo de la convivencia humana.

Sin el esfuerzo de la regulación para una loable integración que catapulte lo mejor de las energías humanas y logre la mayor articulación de los distintos actores sociales, no es dable responder sabiamente las necesidades y deseos de una sociedad. Sin ello la cohesión social y el ritmo del capital social se achican, se anulan y las dificultades, traducidas en conflictos disfuncionales, se agigantan.

Gallup/Hoy nos da un panorama social-político-económico sobrecogedor; empero, al mismo tiempo, cargado de optimismo, de esperanza. Nos revela como nos encontramos con respecto a: Hábitos de consumo (88.2%, ha cambiado.

b) 86.6% ha cambiado sus hábitos de compra;

c) 78% ha tenido un impacto negativo en sus ingresos;

d) 70% ha variado el cumplimiento de sus compromisos;

e) 63.6% está afectado por la pérdida de trabajo; y,

f) 26.4% le ha sido afectada su salud como consecuencia del drama social de la pandemia.

Perder empleo, dijo Gallup/Hoy, es la principal dificultad en República Dominicana. Los 5 principales problemas que perciben los ciudadanos encuestados fueron:

  1. Pérdida de empleo/ Desempleo: 21.4%;
  2. Inseguridad/Delincuencia: 17.8%;
  3. La Pandemia del Covid: 17.4%
  4. La recesión económica: 9.8%
  5. Mal manejo de la economía: 6.7%.

Aquí se subraya que un 38% ve negativa la economía. Sin embargo, reconocen el peso de la crisis y en esa subjetividad humana, que es lo que glorifica el alma, ponen en perspectiva y en su justa dimensión la tormenta perfecta de la pandemia con sus secuelas en salud, educación, economía y trabajo: 70% o 7 de cada 10 apoya la gestión de Abinader y el 67% cree que el gobierno representa el cambio que se demanda.

Gallup/Hoy nos sintetiza en una entrega, el profundo drama social-cultural-tecnológico por el que atravesamos como nación y nos relieva al mismo tiempo que no somos una sociedad de clase media: 70% de “hogares con escolares sin computadoras e Internet: solo un 29.4% de los hogares tienen equipos tecnológicos con los cuales los niños pueden conectarse”. La densidad tecnológica – computacional es muy baja, lo que acusa una enorme gravedad que desnuda nuestro atraso económico social y empresarial. Sitúa en perspectiva y contexto la brecha no solo digital, sino las desigualdades sociales.

La inequidad vino a exponerse con una visibilidad espantosa. La pandemia exhibiría, mostraría sin ninguna vergüenza ni sonrojo la enormidad de una crisis de cohesión social que se expresa en que somos el 6to país con mayor tasa de desigualdad social, de los 34 países de América Latina, Centro América y el Caribe. El 80.5% de los niños y adolescentes se encuentran en escuelas públicas. La mayoría no tienen computadora y en el segmento de la estratificación social: Pobre, Indigente y Vulnerable, la tasa de fecundidad se encuentra en promedio: 3.7. En cambio, el 15% que está en colegios, la inmensa mayoría son Clase Media, Clase Media Alta y Alta. Allí el 100% tiene toda la plataforma tecnológica. Es más, en los colegios reciben clase normal, lo único que no es presencial.

Tengo una nieta de 7 años y recibe 4 horas diarias de clase. La clase en los colegios comenzaron en septiembre, en cambio, en la escuela pública el 21 de noviembre con múltiples modalidades, atendiendo a la realidad social: Televisión, Radio. Madres con 3 y 4 hijos y una sola televisión y sin energía eléctrica, en un 42% de los hogares sin la presencia del padre y ausencia de ella por el trabajo. A todo ello, no hay ni desayuno escolar ni almuerzo ni merienda como efecto de la pandemia. ¡Un cuadro que nos saca lágrimas con sangre, con dolor penetrante en cada parte de nuestra piel! La pobreza, la exclusión social, constituyen el panorama que se yergue en el acantilado caudaloso de la dimensión social.

Las distintas dimensiones de la exclusión social esbozada por Anthonny Giddens y Philip W. Sutton, en su libro Sociología, distinguen cuatro: “La pobreza o exclusión de una renta o unos recursos adecuados); la exclusión del mercado de trabajo; la exclusión de los servicios y la exclusión de las relaciones sociales”. El desempleo es el principal problema percibido. Estamos hablando que cerca de 857,443 empleos formales quedaron suspendidos y desvinculados. Ellos ganaban promedio RD$26,000.00 antes de la pandemia. Según el Ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, el 50% de los que han llamado pasaron a ganar promedio RD$10,000.00. La canasta del Primer Quintil se elevó a RD$17,000.00 y la canasta promedio nacional se encuentra en RD$37,000.00; esto actualizado según el Banco Central en su Índice de Precio al consumidor a través de 364 bienes y servicios.

La pandemia ha drenado a la sociedad en ángulos distintos de acuerdo a la estratificación social, generando una intersección de las desigualdades y donde los cambios en el estilo de vida y de consumo se expresan en la Encuesta Gallup/Hoy. La movilidad social vertical ascendente se colorea sin brillos ni luces para jerarquizarse, en cambio, la descendente se regodea en el campo triste de las mutaciones: en los hábitos de compras, de ingresos, de diversión, de empleo y de salud. El desempleo ampliado arribará este año a cerca de 20 – 22, cuando antes de marzo se encontraba en 13. La pobreza que estaba en 23 llegará este año a 30-32%.

Que todavía los partidos políticos como institución (27) reconocidos por la Junta no hayan abjurado del Barrilito, del cofrecito, de los privilegios de las dos exoneraciones, de los préstamos especiales en el Banco de Reservas, de la protección social súper especial fuera del Sistema de la Seguridad Social mediante la Ley 87 -01, dice mucho del compromiso de ellos con la sociedad y de cómo visualizan la política para servirse. Peor aún, es no renunciar a un 50% por el año 2021 de las asignaciones, que hoy sabemos no fueron contemplados en la ley 15 -19. De RD$1,200 millones a RD$600 por un año. No quieren nada de sacrificio frente a una población que se entumece y se enfría por las calamidades sociales que están viviendo. Sin embargo, muy pocos de ellos, por no decir ninguno, ha dicho que para el Presupuesto del 2021 la Procuraduría tiene RD$6,392, cuando en realidad debería ser por ley RD$9,553. La Suprema tendrá RD$8,737.7 cuando debió ser RD$17,613.2.

Estamos en presencia del comienzo, de manera firme, entre lo viejo y lo nuevo, entre el panorama político de un ciclo que se agota. El 53 % de la gente no percibió quien es el líder del PLD; un 55% no logra verlo en el seno de la sociedad y un 33% ve a Leonel como el líder de la oposición. Leer en la evaluación del PLD de los primeros 100 días del gobierno de Abinader, que está caracterizado por “Promesas incumplidas, incoherencias, indiferencia ante las necesidades de la gente y por la degradación de las instituciones democráticas”, es sencillamente una impugnación mendaz propia de la confrontación de los años 70 del siglo pasado. ¡Es la ausencia de un discurso más legitimador, más ponderado con la inteligencia, pues la hegemonía y dominación no aparece ya y el juego de la política acusa ribetes diferentes en el nuevo paradigma de la integración social!