(Al diálogo: porque sólo trata del "discurso racional")

Estoy convencido: La fe sigue siendo el más maravilloso don que Dios le ha dado al creyente para que logre comprender las mentiras irracionales que les explican sus evangelizadores. Y llenémonos de ella, porque un fundamentalista impenitente nos ha invitado a un "diálogo irracional", a su diálogo de sordos.

Su cardenal Ravasi ha explicado que "A petición del Papa Benedicto XVI, la Iglesia ha decidido embarcarse en una nueva etapa de diálogo, intercambio y acciones conjuntas entre creyentes y no creyentes, encomendada al Pontificio Consejo de la Cultura", y a este espacio le han llamado "El Patio de los gentiles", refiriéndose al lugar que usaban los Judíos (únicos elegidos de Dios) para discutir con los despreciables goim. (Referencia: http://eccechristianus.wordpress.com/2011/03/19/el-patio-de-los-gentiles-todas-las-religiones-%C2%BFuna-sola/ )

Tuve esperanzas, pero en los propios términos utilizados en el texto de esta propuesta de diálogo ha quedado expuesto claramente el "bicornuto" pensar de los que hoy dirigen la Iglesia.

Cinismo extremo

Para arrancar, el hecho de proponer un diálogo pone de manifiesto el alto grado de cinismo que pervive en esos predios religiosos atrasados que saben muy bien que "el dogma" es enemigo eterno del cambio y del diálogo (que per se es absolutamente racional). Abortado, es un dialogo de sordos que tiene un propósito artificial y político, para desviar la atención y mostrar una imagen de apertura, amor y comprensión que no profesan. Este tipo de aborto sí que es permitido por la Iglesia.

Un simulacro confeso

Y lo confiesan sin sonrojos en sus declaraciones, advirtiéndole a sus gentes que no habrá cambios, que sólo es un simulacro, porque:

"Lo que el proyecto denominado 'Patio de los Gentiles' quiere proponer es en cambio, 'un dúo' en que las voces puedan estar sonoramente en las antípodas, como un bajo y un soprano y, sin embargo, consigan crear armonía sin renunciar por eso a la identidad propia, es decir, (…) sin perder color en un vago sincretismo ideológico". Invitan a una "armoniosa" cantata entre el ruiseñor y la rana donde: "Ciertamente, no se deben achatar las diferencias, liquidar las concepciones diversas, ignorar las discordancias, (…) pero pensamientos y palabras, obras y decisiones, pueden confrontarse e incluso encontrarse".

No se creen fundamentalistas

Pero escuchen estas perlas: "Creyentes y no creyentes están en territorios diferentes, pero 'no se deben encerrar' en un aislamiento sacro o laico, ignorándose o lo que es peor lanzándose burlas y acusaciones, 'como desearían los fundamentalistas' de una y otra parte".  ¡Ya si llegamos! ¿Quienes son los dogmáticos? ¿Quienes fundamentalistas? ¡Qué tupe! Con esta última de "como desearían los fundamentalistas" pretenden despender la bien puesta etiqueta que tienen los ocupantes de la silla de Pedro de ser extremistas fundamentalistas, indiscutibles resucitadores del neo lefebvrismo, de la Misa Tridentina que fue enterrada en el concilio Vaticano II.

Dizque no practican el apartheid

Aunque descaradamente sostienen la máxima posible expresión del apartheid: "Fuera de la Iglesia no hay salvación", y se atreven a proclamar que:

"El símbolo de apartheid y de separación sacra que era el muro del "Patio de los Gentiles" ha sido cancelado por Cristo, que quiere eliminar las barreras para un encuentro en la armonía entre los dos pueblos. Contribuir a que los grandes interrogantes de la existencia humana, sobre todo los de naturaleza espiritual, se tengan en cuenta y se discutan en nuestras sociedades, aplicando la razón común". ¿En qué quedamos?

La "razón común"

Y precisamente, con este último llamado para "aplicar la razón común" es que se rebosa la copa de la duplicidad.  Muy bien saben que si permiten que la "razón común" entre en su Iglesia, los curas tendrían que "jondiarse" por las ventanas y se despeñarían los altares.

Saben bien que, mientras la religión "evangelizadora" no duda y lava cerebros con dogmas irracionales e inmutables del pasado, la ciencia se guía por la duda permanente, por la razón, siempre abierta a la verdad de la luz que destella en el instante. Pero el dogma es tenebroso, no dialoga, no tiene nada pendiente por investigar, todo está establecido en su credo y en su doctrina amenazante; no así la ciencia que permanece a la expectativa de lo nuevo, en paz con la conciencia, inclusive, abierta a la imposibilidad de que un día aparezca 'la prueba' de que el universo ha sido creado por un Dios. Y es que a fe le sirve al creyente para aceptar como cierto cualquier cosa irracional, jamás para ver la realidad de los hechos que la "Razón Común" le muestra con evidencias (Ej.  La Evolución). Mientras el religioso es un seguidor de lo irreal, de lo imposible, el científico lo es de la verdad y de lo cierto.

Bomboncito sagrado

Mientras la Iglesia de Roma les siga enrostrando a judíos, a cristianos protestantes y a gentiles que "No hay Salvación fuera de su Iglesia", no se puede hablar de diálogo.

Para un buen entendedor de política vaticana esta nueva proposición del Papa no es más que un caramelito envenenado que le ofrece al mundo dolido, para que pare la crítica a la Iglesia por sus pecados capitales de encubrimiento de pederastas.

Como Gadafi, el Papa ha tirado la toalla y reclama un alto al fuego, un respiro, para evitar que la ciencia y sus aliados no creyentes le sigan quemando el ruedo de su sotana alemana. Y dice ¡Bajen la guardia muchachotes que se me está hundiendo el barco! Entren’to, pero al patio, al Patio de los gentiles, allí donde el diálogo jamás tocará nuestros dogmas.

Oremus: ¡OH Dios, derrama la razón sobre estas gentes de fe, antes de que nos vuelvan locos a todos!

(http://guidoriggio.blogspot.com/)