El Senado de la República aprobó a unanimidad la Resolución del Congreso presentada por el senador Julio César Valentín para impulsar la puesta en valor de la Fortaleza San Luis (FSL). Dicho mandato avalado por la Constitución y las leyes favorece el diseño y construcción sostenible en este patrimonio histórico, del Museo de Historia, Carnaval y Música. En este proceso, el senador de Santiago fue reconocido por la Casa de las Américas de Cuba por su aporte al carnaval de Santiago.
Para este noble propósito, la Presidencia de la República debe trasladar de los predios de esta edificación emblemática, las oficinas de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT), Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (CESTUR) y el depósito de vehículos y motocicletas del Ministerio Público. Asimismo emitir un Decreto Presidencial que establezca definitivamente un órgano de gobernanza de carácter público-privado de este patrimonio, en cuya rectoría debiera estar el Ayuntamiento de Santiago y el Ministerio de Cultura.
Quién le hubiera dicho a los gloriosos generales y héroes nacionales del naciente ejército dominicano, Gregorio Luperón, Gaspar Polanco y Gregorio de Lora que su honra tendría ese destino profano. Qué dirían Benito Monción y Pepillo Salcedo si se enteraran que la estratégica Fortaleza San Luis (FSL), en el siglo XXI iba a ser convertida por olvido, desatención y desidia pública, en un almacén de vehículos viejos y sede de oficinas públicas destartaladas. Donde quiera que estén estos héroes, los imagino consternados e históricamente irrespetados.
República Dominicana es la isla americana y caribeña más atractiva para visitas internacionales y la diáspora en los Estados Unidos, donde la fortaleza con más sentido de Patria se encuentra olvidada. En el momento donde en el mundo se impone el turismo histórico-cultural y las leyendas urbanas que pueden desatar las inspiraciones de novelistas y cineastas más creativos, ese espacio debería estar rehabilitado y con un anfiteatro visualizado en la perspectiva paisajística del río Yaque.
La Fortaleza San Luis hasta su conquista definitiva el 13 de septiembre 1863, fue bastión español despojado de las invictas manos del combativo brigadier español Manuel Buceta del Villar. Es el principal botín de guerra de los certeros cañonazos y el provocado incendio de Santiago de los Caballeros. Ciudad que como ninguna otra de este país, se quemó a sí misma para que de ese fragor, estallido y astucia militar se restaurara la Independencia de la República.
La Resolución del Congreso para la puesta en valor de la Fortaleza San Luis (FSL) marca un hito que subraya que llegó la hora de poner la historia en el curso de la Agenda de Cultura para el Desarrollo de Santiago. Debe superarse la arrabalización de las instalaciones, implementar acciones de mejora física, explorar sus potencialidades arqueológicas, fortalecer la estructura su gobernanza y considerar la oferta y la demanda de servicios culturales.
La puesta en valor de la Fortaleza San Luís (FSL) será diseñada como un espacio urbano neoterciario. De acuerdo al Consejo Ebrópolis de Cultura y Desarrollo de Zaragoza, al Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU) y también a las experiencias del urbanista brasileiro Jaime Lerner, “espacios neoterciarios” son plazas abiertas, plazoletas, paseos, parques o edificios cerrados públicos o privados o mezcla de ambos. También pueden ser una nueva construcción o surgir fruto de la regeneración de zonas degradadas, de la rehabilitación de edificios y la recuperación del patrimonio donde acontece y se proyecta un fenómeno tecnológico disruptivo.
Todos estos espacios coinciden en la multifuncionalidad, preocupación por la sostenibilidad, creatividad y la aplicación de las nuevas tecnologías, creación de una dimensión virtual del espacio físico. Además enfocan su diseño en la concurrencia con la ciudadanía, convirtiéndose en punto de encuentro y de intercambio cultural, eje de ocio, recreación y esparcimiento.
Este proyecto incorporará una concepción de ideas derivadas de una reflexión creativa que incluirá innovaciones a pequeña escala que permiten una mayor conectividad de la ciudadanía y mejor uso común de la conectividad vial y tecnológica. Se tendrá la aplicación de las nuevas tecnologías (zonas de conexión a internet gratuita, información diversa disponible en tiempo real online y otros como nuevos elementos del mobiliario urbano especialmente paneles interactivos que cuenten la historia vivida.
La FSL es patrimonio nacional vía Decreto 172-91 cuyo punto de arranque inició con la restauración del reloj de su torre en 1995. El artículo 54 de la Constitución subraya que está bajo la salvaguarda del Estado que debe garantizar su protección, enriquecimiento, conservación, restauración, difusión y puesta en valor. Igualmente el artículo 19 de la ley municipal 176-07 establece las competencias propias del Ayuntamiento, imponiendo vía el literal (h) de dicho mandato, la obligatoriedad de la preservación del patrimonio histórico y cultural de cada municipio.
El Ayuntamiento y el CDES tienen los estudios auspiciados por el BID para que este espacio de 35,140 metros cuadrados se ponga en valor en fases. Inicialmente se intervendría la plaza central, la antigua cárcel, la torre del Reloj, el amurallado y la puerta de entrada. Es en esa intervención que debe diseñarse y construirse los miradores hacia la ciudad de Santiago. En las fases siguientes se propone la construcción de un anfiteatro. Asimismo, el paisaje al río Yaque desde la Fortaleza San Luis es esencial. La fortaleza deberá robustecer el acceso paisajístico y conectar con el Yaque. En este orden será diseñada una pasarela peatonal con ciclovías desde la fortaleza hasta Bella Vista para elevar el acceso de la ciudadanía de a pie y promover la masiva asistencia de público a este espacio cultural.
03El CIDEU demuestra que lo más importante de un proyecto no es su “arquitectura física”, sino la visión, la arquitectura organizativa y estructura institucional. Eso es lo que asegura la sostenibilidad de la inversión efectuada con un sistema de gestión financiera, administrativa y programática en el contexto de la Agenda de Cultura para el Desarrollo y el Plan Estratégico Santiago 2030.