Leyendo sobre las impresiones acerca del fin del año y el inicio del nuevo, he visto consideraciones sobre la llegada del último año de la década. Pero cómo podríamos determinar si este nuevo año es el final de la década o el principio de otra? Conocer a la maravillosa cultura maya puede darnos luz sobre estas interrogantes, puesto que fueron ellos los que inventaron el cero.

El cero maya, además de ser un elemento matemático, es un elemento simbólico de un significado trascendental. Para los mayas, el cero “no implica ni ausencia ni negación, posee un sentido de plenitud”. Para el número 20, por ejemplo, indica que la veintena está completa. Al completar esta unidad, “da la idea del cierre de un ciclo y el principio de otro”. Es la idea que quiero rescatar.

Hemos llegado al final de un ciclo y nos encontramos en el principio de otro. Normalmente, al llegar el final de un año y el inicio del otro, nos preparamos para un nuevo comienzo, hacemos planes a partir de los resultados obtenidos en el ciclo anterior. La importancia de este nuevo ciclo, es que cumple con el inicio de una nueva década, que nos permite avisorar planes a corto, mediano y largo plazo.

Se escucha mucho en estos últimos días que las personas esperan cambios. La prensa reporta que los ciudadanos se encuentran esperanzados en una mejoría de la situación general del país. Cómo puede ocurrir esta mejora?, cómo pueden surgir estos cambios?, qué estamos dispuestos nosotros a cambiar para que las cosas cambien? Los cambios se inician en nosotros mismos. Y qué mejor oportunidad para comenzar esos cambios que el final y principio de un nuevo ciclo, como nos enseñan los mayas. El cero no es solamente un signo matemático, sino un símbolo de espacio temporal, o de tiempo, de transición. Este tiempo de transición es la preparación para una nueva década en que podamos preparar los resultados de los cambios que queremos ver en nuestra sociedad.

Sería muy triste empezar a enumerar las situaciones en que debemos promover esos cambios, sobre todo con el sombrío inicio que hemos tenido este año con 4 mujeres asesinadas en el primer día del año. Pero con mayor ahínco entonces darnos cuenta de la imperiosa necesidad de hacer lo que a cada quien nos corresponde para lograr esos cambios. Ir al espejo y mirarnos, qué no estamos haciendo bien, en provecho de la sociedad. En este ejemplo del femenicidio, enseñar a los niños que las niñas son su propiedad porque ellos las mantienen, o enseñar a las niñas que deben aguantar el abuso de los niños porque ellos las mantienen. No señor! Basta ya de enseñar dependencia!

Otro aspecto que en nuestra sociedad es crítico es la falta de oportunidades. Qué estamos haciendo para impedir que tanta gente que tiene tanto deseo y tanta necesidad de aportar social y económicamente tenga la oportunidad y la posibilidad de dar lo que tiene para beneficio social y personal? No solamente es responsabilidad institucional la apertura de posibilidades para el progreso y la prosperidad de la gente. No nos damos cuenta que beneficiar a alguien redunda en beneficio para cada uno de nosotros, independientemente del lugar social en que nos encontremos.

Es por esto que llamo la atención sobre los beneficios de este espacio temporal de preparación y principio de este nuevo ciclo. Mirarnos al espejo para corregir y plantearnos los cambios en nosotros mismos que redunden en aportes sociales que son el fruto de lo que queremos ver, los resultados positivos que todos obtendremos de las acciones positivas que en conjunto emprenderemos. Para así tener un feliz y próspero año 2020!