Teniendo entre sus principales estrategias la educación, como de uno los ejes más poderosos, para motorizar el desarrollo del país, el Consejo Regional de Desarrollo, Inc.(CRD), plantea, que sin bien enorgullece las masivas edificaciones de centros educativos que ejecuta el gobierno central, corresponde entender, que se impone tomar un rumbo, que solidifique los valores en que nuestros profesores y profesoras deben soportar su rol social, sobretodo, por ser junto a sus alumnos, los principales protagonistas de las transformaciones del sistema educativo nacional..
Añade al respecto, que se trata de una tarea vital, en virtud de que sin educadores capacitados y con fortaleza moral, las escuelas no cumplirían el loable objetivo para el que han sido establecidas: Educar y formar a los ciudadanos, destinados a ser los encargados de mejorar en todos los órdenes a nuestra sociedad.
Asume por tanto, un cambio primordial, en la conciencia de nuestros profesores, al requerirse una mayor exigencia en su entorno educativo, de los valores humanos esenciales para la sagrada protección de la sociedad y sus componentes, como resulta, la imprescindible existencia de la honestidad, la humildad, la bondad, la dignidad, el amor, la paz y la no violencia, tarea la cual, debe ser intensa, teniendo en cuenta, que la educación como profesión en nuestros tiempos exige nuevos horizontes.
Con ello estima, que se logrará en una mayor plenitud, profesores capaces de transmitir algo más que conocimiento, gentes que inspiren y que transmitan valores, al efecto, reflexionar seriamente, que si bien es cierto, que hay tres clases de maestros: aquellos que informan, aquellos que explican, y aquellos que inspiran, requerimos en forma absoluta, de maestros que inspiren, motivadores de la conducta recta y el apego a los valores patrios.
Para ir tras una educación enaltecedora, para el CRD, es obligatorio, mirar hacia quienes son los protagonistas en las escuelas y nuestras instituciones de educación superior, por tanto, a favor del profesorado dominicano, hay que promover una estrategia que lo fortalezca moralmente y les levante la autoestima, para con ello rescatar la mística del educador y el amor al magisterio.
En dichas directrices, llama a proveernos de maestros y maestras, plenamente capaces de entregar jóvenes con un sentido elevado del deber y del civismo, así como también, con la suficiente coraza en sus mentes y corazones, para resistir las tentaciones de los comportamientos indebidos. Jóvenes que piensen en el bien común, que les preocupe su buen nombre y dejar un legado que sea recordado por generaciones.
El Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), para tan importante cometido, sugiere exaltar la profesión del magisterio, y al efecto, invita a los diversos estamentos del Estado, a todas nuestras instituciones y a los componentes de la sociedad dominicana, aunar voluntades, para crear estrategias, destinadas a obtener parámetros educativos que mejoren el rol de nuestros profesores y profesoras, como promotores de una sociedad soportada en valores para las presentes y futuras generaciones.