De tanto repetirse en toda nuestra historia republicana, estamos tan  acostumbrados a las estupideces de la burocracia, toda, que ya ni nos asombran… ¡Pero, por favor, que no exageren! Es lo que está por ocurrir en San Pedro de Macorís, cuya alcaldía pretende llevar la xenofobia y el racismo al colmo de prohibir el gagá y las comparsas de guloyas, alegres expresiones centenarias de una identidad cultural de raíces africanas, aportadas por miles de trabajadores emigrantes haitianos y angloantillanos que dejaron la vida en el cañaveral. (¡Ya sé: San Pedro de Macorís no es gobernada por petromacorisanos, sino por extraterrestres!).