Nueva York.- La devaluación humana del negro inició desde que trajeron a los primeros africanos a Jamestown, Virginia, en 1619. Thomas Jefferson escribió “todos los hombres fueron creados iguales” en la Declaración de Independencia, pero los esclavos de su finca no eran “hombres creados iguales” para él.
La Constitución de 1787 legalizó la devaluación del negro, consagrando su valor en “3/5 de una persona”, (blanca). Todas las leyes que siguieron, hasta hoy, son adjetivas al espíritu de esa Ley Sustantiva.
Hoy, 395 años después de Jamestown y 227 después de la Constitución, policías blancos matan negros con impunidad total. Y nuestro primer presidente negro, Barack Obama nos pide “paciencia” porque los cambios “toman tiempo”.
Obama dejará como legado que bajo su presidencia policías blancos asesinaron más negros desarmados que bajo los presidentes blancos, y que ninguno de los criminales fueron enjuiciados.
Por eso, tras ser electo por los negros, Obama sólo tiene un 19% de apoyo entre votantes negros. Y él aspira a que todos nosotros le tomemos “pena” porque “no lo dejan” trabajar.
Hoy Estados Unidos tiene más negros presos que los que tuvo Sudáfrica durante el Apartheid. Esos perdieron su derecho al voto, el racismo tiene serias consecuencias políticas. Y la brecha económica entre la familia blanca promedio y familia negra promedio se ensanchó en más de 18 puntos durante la presidencia de Obama.
Si al viejo problema racial, le sumamos segregación política y económica, esto es tan explosivo como la nitroglicerina.
Y el país parece estar preparándose para algo serio.
Después del 9-11 y Occupy Wall Street, las policías municipales se transformaron en cuerpos militares, aplican la ley marcial. Del Black Friday en adelante, los civiles compraron más armas de fuego que nunca antes, la gente se esta armando, algo huele muy mal en todo esto.