Nueva York.-Las deficiencias del sistema electoral estadounidense quedaron al desnudo con la deprimente escena de Al Gore Vs. George W. Bush enfrentados en Florida en el año 2.000. Quedó claro, dislocaron los listados, eliminaron votantes de las listas, se utilizaron máquinas inservibles en los barrios pobres; una exitosa conspiración, redujeron el número de votantes demócratas.
La Suprema Corte de Justicia, con el voto decisivo del juez Clearence Thomas, designado por George Bush padre, declaró a Bush hijo ganador. Hoy, 16 años después, muy pocas deficiencias han sido corregidas, la mayoría sigue igual, aunque otras empeoraron muchísimo.
La Junta Electoral de Brooklyn excluyó a mas de 120 mil demócratas del listado de votantes de las recientes primarias ganadas por Hillary Clinton. Su oponente, Bernie Sanders, es nativo de Brooklyn, como el alcalde Bill de Blasio, quien dijo tener informes de que excluyeron edificios y cuadras completas.
La jefa de la Junta Electoral de Brooklyn, Diane Haslett-Rudiano, fue suspendida sin sueldo y hay una investigación en proceso. En Florida, hace 16 años, la secretaria de Estado, una dirigente republicana, excluyó votantes demócratas del listado; continúan las máquinas inservibles en barrios pobres, nada cambió.
Cosas importantísimas están muchísimo peor.
Una posible campaña entre Hillary Clinton y Donald Trump podría ser bastante negativa y terminar en un tranque peor que Gore Vs. Bush.
La Suprema Corte de Justicia no podrá decidir, porque puede empatar, tiene ocho, no los nueve jueces que establece la Constitución. El senado republicano incumple su obligación constitucional de llenar la vacante con personas que nomine el ejecutivo. Rechazan a quien el presidente Barack Obama nomine, esperarán “el próximo presidente”.
Este enfrentamiento entre los poderes Legislativo y Ejecutivo, desabilitó al Judicial. El daño que sufrió la institucionalidad en Florida nunca se corrigió, se hizo progresivo, este panorama puede complicarse.