Si hoy se hiciera una encuesta verdadera sobre el proceso electoral más insustancial que hemos tenido; con candidatos y candidotes que no pasan de frases para la prensa; con partidos sin diferencias ideológicas; sin discursos de fondo que adelanten soluciones y mejor futuro; con expresiones de inaudita ridiculez en mítines y caravanas; con métodos de votación de los que no hay plena seguridad de eficiencia, a pesar de la enorme cantidad de millones nuevamente invertidos…Si se hiciera esa encueta general sobre lo que opina la gente, la respuesta sería una: “¡Estamos jartos!”. (No es para menos).