Debemos asumir unánimemente una decisión patriótica: rehacer esto que llamamos Estado, con todo y su Constitución. Es inaplazable revisar las bases de la República, para que la historia no nos condene a todos por irrealistas. Debemos demostrar nuestra madurez ciudadana y simplificar el funcionamiento de este país. La cosa es sencilla: como está más que demostrado que sobran dos de los tres viejos Poderes (el Legislativo y el Judicial, que sólo hacen lo que les dicen desde arriba), sólo necesitamos el Poder Ejecutivo y el Comité Político (y no jodamos más, pues es en este súper poder donde todo comienza y termina).