De alguien haberme dicho, allá en los sesenta del Movimiento Contracultural de los Estados Unidos, que alguna de aquellas muchachas hippies regadas por el mundo con sus faldas largas, sus cabelleras al viento y su sexualidad desbordada (con peace and love, mariguana, veranos calientes, Woodstock, Bob Dylan y Joan Báez) sería, más de medio siglo después, Presidenta de los Estados Unidos, hubiera lanzado una soberbia carcajada… “¿Que esa tal Hillary Rodham quéeee?… ¿Presidenta de dónde?” (Pero sí: Hillary Rodham Clinton, según lo que vemos, volverá a la Casa Blanca, y ya no como segundona).