Desde hace más de 20 años Gallup/Hoy nos ha venido radiografiando en todos los ámbitos de la vida económica, política, institucional y social. Es una auscultación que dibuja el esqueleto completo del cuerpo social dominicano en toda su amplitud. Un caleidoscopio que sintetiza los escenarios del tejido diagnosticado en su verdadera dimensión.

Gallup/Hoy nos retrata y pone en verdadera perspectiva el horizonte en que nos encontramos. Nos situamos frente, no a informaciones que esbozan problemas coyunturales o enfermedades meramente episódicas, dérmicas. No. Son los acuciantes problemas estructurales que a lo largo de los últimos años nos han sido tocados de manera frontal, fundamental, nodal. “La banalidad del mal” en el cuerpo social dominicano sin ningún subterfugio de licuefacción.

La Encuesta de Gallup/Hoy resalta la necesidad de ir más allá del statu quo, que es el estado del momento actual. La gente no está contenta con el estado de los hechos y cosas actuales. Quiere un cambio. Siente que la caldera está en alta ebullición o que el volcán despertó y las lavas están por esparcirse, dañando todo lo que la naturaleza creada ha sido dable producir en el armazón social, económico e institucional. 78% creen en un gran cambio. Solo un 9.3% señala que no se necesita cambio y otro 10.3% expresa la necesidad de algún cambio, pero no grande. Correlacionemos con el 58.4% que quiere cambio en el 2020. ¡Un 65% se siente insatisfecho con el funcionamiento de la democracia!

Si formara parte de la elite económica estuviera reunido desde ahora hasta mayo del 2020, para ver cómo se rearticulan los caminos para enderezar, encauzar este estado de cosas que nos están diciendo las encuestas. No es un problema solo de elecciones. Es apuntar hacia un nuevo rediseño institucional donde cobre sentido el respeto por las normas, por las reglas del juego establecido, donde la Constitución no sea el trapo de los intereses de las ambiciones personales y corporativistas. Las encuestas y los informes, sin aparentar ni apantallar, arrojan informaciones del coctel explosivo que está ahí, pero que no sabemos cuándo puede irrumpir.

¡La confianza, el mayor capital social que puede bosquejarse en un conglomerado humano está deshilachada! Esa falta de confianza está permeando y desfigurando la cohesión social en dominicana. En el estudio de Latinobarómetro solo el 14% existía en grado de confianza en las relaciones sociales. Gallup/Hoy, al medir las instituciones en su grado de confianza, se expresó así:

  1. Tribunal de Justicia 26.4%.
  2. Congreso 27.4%.
  3. Partidos Políticos 30.0%
  4. Policía Nacional 36.9%.
  5. Presidencia de la República 38.9%.
  6. El Gobierno 39.1%.

A esta crisis de confianza en las principales instituciones, se añade de manera negativa todo lo que encierra la problemática de la corrupción: 62% dice que ahora hay más corrupción que antes y un 28% percibe que igual, para un 90% que subraya que el cáncer de la putrefacción es espantoso. Sumemos lo que implica la valoración de la seguridad ciudadana como el mayor dolor de cabeza de la ciudadanía, seguido del desempleo y la inflación.

En el 2012 la tasa de mortalidad materna estaba en 90/100,000, hoy se encuentra en 106/100,000. La economía informal (el empleo) era de 52%, hoy está en 59%. La tasa de mortalidad infantil se encontraba en 23, hoy está en 26. El desempleo ampliado en los jóvenes está duplicando el promedio general; y los Sin – Sin (sin estudio, sin trabajo) se encuentran en 22.5%. El 60% de los jóvenes entre 18 y 25 años en los próximos 3 años se quieren ir del país según Barómetro de Las Américas y el 53% en general, según el Informe del PNUD sobre la calidad democrática en República Dominicana.

De 26 ítems evaluados en la valoración de la percepción de los dominicanos, de la Encuesta Gallup/Hoy, solo en la educación/4%, sale airoso el ciudadano presidente Danilo Medina, con un 52.1%. Lo que ocurre es que la propaganda política ha hecho de la inversión en educación, el efecto de Halo. Ese paradigma de la evaluación significa que arrastra, ora positivamente ora negativamente, los demás factores implicados en la calificación. Hábilmente, los apologistas del gobierno catapultan la educación como si fuera ella en sí misma todo el conjunto de acciones del Ejecutivo en su totalidad.

Una aprobación de una gestión no significa una valoración para la perpetuación. La ciudadanía rechaza la reforma constitucional (68%) y hubo un momento donde Danilo Medina llegó a tener 92% y hoy es de 44%. ¡Él es el presidente y es la persona más visibilizada del país y con un gasto a su favor de 11 millones de pesos diarios en publicidad y una agenda marcada cotidianamente desde el Palacio Nacional, sobre el que decir y cómo actuar!

La Encuesta de Gallup/Hoy le está esbozando de manera cardinal a los que hoy están dirigiendo el Poder Ejecutivo que la sociedad dominicana no se siente bien, que prefieren un cambio (58.4%) y que no quieren que el presidente se sacrifique por nosotros (68%). Que no nos deje en ciernes esa crisis de gobernanza que dibujan las informaciones que hay en el ambiente. Que su promesa ante Dios de que éste sería su último periodo la cumpla y que el acuerdo a que arribó con el Comité Político, acerca de los 15 puntos, sea un compromiso de caballeros.

Su miedo a no dejar la presidencia sería lo peor para él y toda la sociedad. ¡Solo podremos salir de esta decadencia y estancamiento institucional, recalibrando las coordenadas que hagan posible una mejor gobernanza, que no es otra que mover el statu quo para adentrarnos en un mejor clima democrático que taponen el fuego incandescente del autoritarismo y emerja el adecentamiento de la vida política y la necesaria homeostasis de la vida social!