Hemos dicho, a conciencia, que la marca de la campaña de Luis Abinader es la verdad, ello significa que no diremos ni una sola mentira; pero también que no quedará una verdad sin ser dicha, con justicia y prudencia, pero con firmeza. Les comparto un botón para la muestra.

En mi artículo del pasado Lunes 25, titulado "Las Encuestas de Escritorio del Reeleccionismo", informamos sobre la reunión celebrada el jueves 21 por la “Mesa de Encuestas” del “Gabinete Mediático” del proyecto reeleccionista. Describimos cómo en esa mesa, ese día, funcionarios, encuestadores y comunicadores trazaron un calendario de publicaciones de falsos resultados de encuestas, y se le asignó a cada firma los números a publicar.

¿Alguien lo dudó? Pues transcurrida apenas una semana, los propios apostadores a la reelección confirman mi aseveración: En rueda de prensa celebrada en la residencia morada de la Independencia con Cervantes, los ministros de Interior y Policía, de Economía, Planificación y Desarrollo,  y de Turismo, y el responsable de la Dirección de Información, Análisis y Programacion Estratégica de la Presidencia, acompañados el Senador de la Capital, le han entrado a dos manos a la firma Gallup y a su presidente Rafael Acevedo.

Visiblemente irritados y desconcertados, dieron volumen a su inconformidad con los resultados publicados por la firma encuestadora, confirmando – aunque todavía por debajo de la realidad- la existencia de dos tendencias sostenidas de la preferencia política: La del presidente-candidato, Danilo Medina, hacia abajo, y la del candidato del cambio, Luis Abinader, hacia arriba.

En su publicación de julio, Gallup atribuyó a Danilo Medina un 62.6 % y a Luis Abinader un 17.0 %, ahora el presidente-candidato sale con un  51.8, frente a un 35.7% del candidato del cambio. Eso significa que en apenas seis meses, Danilo ha bajado 10.8 puntos porcentuales, y Luis ha incrementado 18.6 puntos porcentuales, por lo que proyectando esa tendencia hasta el 15 de mayo, Danilo Medina terminaría claramente por debajo de Luis Abinader.

Aquí no se trata de si los hallazgos presentados por Gallup expresan o no la realidad, de hecho, sus números se quedan por debajo de los que dicen los resultados de nuestras mediciones. El hecho político es que, en su lógica de control absoluto de todo, a los gobiernistas les resulta inadmisible la presentación de unos resultados fuera del calendario de publicaciones definido el jueves 21 en la Mesa aquella, y menos mostrando una realidad  tan distinta  a la burbuja que ellos habían decidido propagar.

La gravedad de éste hecho no radica en las bembitas hechas por un grupo al que últimamente nada le sale bien, sino en que funcionarios del gobierno y legisladores se dediquen a ejercer presión burda y abierta contra una empresa encuestadora.  ¿Significa eso que en lo adelante a quien no le publique números favorables le van a enviar la DGII, la Dirección de Aduanas o los organismos de inteligencia del estado, para intimidar o chantajear?

Están desesperados, saben muy bien que faltando 105 días para las elecciones, con un margen tan estrecho, es muy difícil que las dos tendencias fundamentales de la preferencia política corriendo en sentido inverso, no se encuentren en la ruta, y el día en que ello ocurra, habrá perdido Danilo Medina y habrá ganado Luis Abinader.