Papa Francisco en oración.

Hasta el papa Francisco ha clamado por Haití, aunque parecería que nadie le ha escuchado. La noticia se puede leer en el enlace de la ACI Prensa: https://www.aciprensa.com/noticias/el-papa-pide-apoyo-por-la-poblacion-de-haiti-que-vive-en-condiciones-extremas-86800

Y yo reclamo porque aparentemente el caos, la anomia social, la “ingobernabilidad de Haití es un problema religioso entre las religiones organizadas foráneas y el folklórico vudú haitiano de los Makandal y otros legendarios hounganes, los temidos chamanes del vudú, que juraron acabar con los “blancos” produciendo la “gran rebelión de los esclavos” en la isla de Santo Domingo.

El presidente Abinader, en solitario, alzó su voz por Haití para que la comunidad internacional salve a nuestros vecinos de su condena a ser un “Estado Fallido”; y volvió a hacerlo acompañados por los presidentes de Panamá y Costa Rica. ¿Qué más necesitamos hacer que no sea esperar a que Biden apruebe una re-intervención militar disfrazada de multilateral por gracia de la ONU o la OEA?

Acento.com.do reiteró la advertencia sobre la crisis haitiana con el dramático título: «La crisis haitiana invade a todo el mundo» con unos efectos geopolíticos parecidos a la derrota militar sufrida en Afganistán por la coalición liderada por EE.UU. y compuesta por la OTAN. Ver el texto de Acento.com.do en el enlace: https://acento.com.do/editorial/la-crisis-haitiana-invade-a-todo-el-mundo-9002727.html

Y este escribidor se hace eco de la llamada telefónica cargada de angustia de mi hijo Miguel Sulion para preguntarme –como lo hace sobre asuntos geopolíticos- ¿qué tan grave está Haití? Y me conmueve su interés y que sea una excepción ante la falta de prudencia de los politicastros que no advierten que el momento es de unidad nacional de los dominicanos.

Debemos los dominicanos movidos por nuestra comprensión de “vivir un destino común” que lo que pasa con nuestros vecinos es parte de nuestra realidad. Están jugando a la diferenciación para ser más aguerridos llamando a una cruzada o más respetuosos del derecho a que a Haití se les deje inmolarse en las ansias de una clase pudiente insensible, como la llamó el papa Francisco.

La inteligencia emocional de la “diplomacia” es actuar según el derecho, cumpliendo con la prudencia y sin dejar de ser solidarios. Es decir, el difícil “arte de caminar por el filo de una espada” y no mostrar miedo en el trayecto. Para el presidente Abinader, termino con una frase de Kofi Annan, el pasado secretario general de las Naciones Unidas, cuando señaló: «Si la guerra es el fracaso de la diplomacia… entonces, la diplomacia lateral y bilateral, es nuestra primera línea de defensa. El mundo, hoy en día, gasta miles de millones preparándose para la guerra; ¿No deberíamos gastar unos mil o dos mil millones para prepararnos para la paz?»

Por mi parte, no dejaré de clamar la unidad suficiente de los dominicanos de buena voluntad que sólo queremos salvaguardar este país, por creerlo un “paraíso en la tierra” al considerarse la tierra de la “Virgen Santísima”, privilegiado al tener dos advocaciones de la Madre de Dios.