En estos días está en pleno desarrollo la campaña para la elección del Secretario General de la Organización Mundial del Turismo, que está previsto sea objeto, el próximo martes, de la votación por medio de la cual el Consejo Ejecutivo de la OMT propone a la Asamblea General el nombre del futuro Secretario General, para su ratificación en noviembre.

Lamentablemente, discusiones acerca de procedimientos controvertidos que podrían haber favorecido uno de los candidatos, comentadas en otro artículo de uno de nosotros, se han enfocado en la crónica de cómo se fijó la fecha de la votación, pasando en segundo orden las propuestas concretas que diferencian las dos candidaturas.

El mecanismo de votación, que atribuye al Consejo Ejecutivo el voto de la propuesta para la Asamblea General, ha limitado el seguimiento del tema en la República Dominicana al artículo mencionado y a una entrevista de la agencia EFE al Secretario General actual y candidato, publicada ayer en un periódico del País.

Sin embargo, no se puede ignorar que el turismo contribuye al PIL del País y al ingreso de divisas por el 10 y 25%, aproximadamente.

La pandemia ha causado una fuerte reducción respecto al 2019, año en el cual ya había habido una baja del 4%, efecto de una conocida y lamentable campaña de desacreditación de la seguridad del país. Esta reducción ha afectado sobre todo el turismo extranjero (en un 69%) y menos el de dominicanos residentes en el exterior (42%).

El repunte en los vuelos internacionales registrado en los últimos tres meses de 2020 (6611 vuelos, de los cuales el 45% en diciembre) es prometedor, pero no pasa de ser el 22.6 % del promedio del año anterior (29250 vuelos por trimestre), que ya hemos recordado no fue nada fácil.

Esto nos hace dudar que el problema se pueda resolver con medidas como un código internacional para la protección de los turistas y un marco jurídico que otorgue más derechos si los viajes se ven afectados por circunstancias externas, incluidas las emergencias sanitarias, dando seguridad vital en tiempos de incertidumbre, según declaró el Secretario General saliente, que, en los últimos meses, ha promovido un proyecto, “Restart tourism", aunque, la verdad sea dicha, principal (¿y casualmente?) en los países miembros del Consejo Ejecutivo.

En este marco, merece atención la propuesta de la Sra. Mai Al Khalifa de establecer un Fondo Global de Asistencia para la reactivación del turismo después de la crisis de la pandemia.

El problema de la reactivación del Turismo en nuestro País es prioritario, y un tal Fondo puede permitir acciones de impacto para reactivar el turismo interno y el turismo de los dominicanos en el exterior, las dos componentes que, en las circunstancias presentes parecen ser las más prometedoras, reconociendo de todos modos el apreciable esfuerzo del Gobierno para atraer el turismo extranjero, según los planes presentados por el Presidente Abinader ya antes de su elección y confirmados más recientemente. Aparte los planes de largo plazo, se destaca el seguro médico muy amplio ofrecido.

El alcance de la propuesta de la Sra. Mai Al Khalifa trasciende el área del turismo y refleja una visión que puede constituir un modelo para otras agencias internacionales. La estructura presupuestal de estas agencias, caso típico la UNESCO, se basa en los aportes individuales de los países, a los cuales se suman las llamadas contribuciones voluntarias que tienen un destino definido. La consecuencia es que las actividades que la organización financia por este mecanismo solamente en un sentido muy amplio se enmarcan en programas de largo plazo de la organización, ya que a menudo resultan más bien de una negociación bilateral entre país donante y beneficiario, proceso en el cual el papel de la organización internacional es básicamente de intermediario, de alta calificación, por cierto, siendo dueño de una experiencia y goodwill valiosos en la realización del proyecto financiado.

La propuesta de la Sra. Al Khalifa reafirma el primado del carácter internacional de la organización, reduciendo los posibles condicionamientos de parte de los países donantes. Las potencialidades de estos mecanismos son múltiples, y un ejemplo del cual uno de los autores de esta nota ya ha hablado por este medio lo pone de manifiesto. En América Central, desde hace algún tiempo se está persiguiendo la creación de un Fondo Regional de Ciencia y Tecnología, creado por aportes directos de los países participantes, con la perspectiva de un fortalecimiento adicional a través de matching funds de donantes y de bancos de financiación. Un tal mecanismo, evidentemente aumentaría el poder contractual de esos países.

La reactivación pospandemia es un problema que no puede ser dejado únicamente en las manos de los países de mayor capacidad económica. Una gestión de un Fondo de Asistencia, razonablemente autónoma y que aplique las políticas decididas por una organización internacional es garantía de que la reactivación será determinada por intereses globales.

Esto no vale solamente para la OMT (Organización Mundial del Turismo) y la UNESCO. Los retos que enfrentará el Sistema de Naciones Unidas en los próximos años son gigantescos. El marco de alcanzar las metas de Desarrollo Sostenible 2030 tendrá que superar la herencia de la crisis que empezó el año pasado. Esto requerirá mecanismos nuevos de colaboración y el propuesto por la Sra. Al Khalifa parece muy interesante, para numerosas organizaciones afectadas de manera especialmente dura por la pandemia. Los primeros ejemplos que vienen a la mente son la FAO y la UNICEF. Y la importancia del sector agrícola para la economía dominicana no necesita mayor comentario.

Esto podría sugerir que el Fondo propuesto no sea sectorial. El impacto de la pandemia tampoco es sectorial. Por esta razón aplaudimos a una propuesta, cuya realización puede contribuir a esa recuperación global que los países necesitan, y que en el sector turismo no se limita al aspecto meramente estadístico de los vuelos y de los pasajeros, y abarca temas como sostener el trabajo del sector y las condiciones económicas de los actores relacionados: agencias de viajes, hoteles, restaurantes.

Somos conscientes de que la propuesta de establecer dicho fondo enfrentará grandes dificultades. La dificultad más grave es que los principales donantes enfrentan problemas financieros debido a la enorme cantidad de gasto público movilizado para compensar el impacto del COVID-19. Un enfoque alternativo puede consistir en buscar la participación de GAFA (Amazon, Google, Facebook, Apple). Un buen ejemplo es el exitoso lanzamiento por la Unesco de la Alianza Mundial para la Educación, en la que los gigantes de Internet son socios. GAFA puede proporcionar apoyo tanto financiero como intelectual.