Una de las trampas más ingeniosas de la Iglesia Católica ha sido hacerles creer y asumir a los grupos no católicos que, frente al Estado, la ley les obliga a presentarse segregados en dos categorías: católicos y no católicos. Lo que desde luego le otorga una enorme ventaja y hegemonía a la Iglesia de Roma.

Esta es una práctica discriminatoria que no resiste el más mínimo análisis constitucional o jurídico, a menos que se trate del (pre) juicio de Milton Ray Guevara, el magistrado custodio del Concordato trujillista, el encargado de ofrecer “caramelitos” a las iglesias evangélicas (celebrar matrimonios) para que abandonen su lucha por la abolición de los privilegios que recibe la Iglesia de Roma (Concordato, Vicariato Castrense etc.)

Esta práctica la podemos observar en la manera como se conforman las comisiones oficiales, donde siempre se ha de nombrar un representante de la Iglesia católica y un representante de las no católicas, lo que es absurdo e inconstitucional, pues la ley establece que la Iglesia Católica es solo una más entre las cientos que operan registradas legalmente en la RD. Cada una con los mismos derechos, el de ser representadas individualmente, como poseedoras que son de una personería jurídica que las conforma y presenta de manera individual, y no colectiva, frente al Estado.

De manera que, con este eufemismo, con esta maroma semántica, con la confabulación del Estado la Iglesia Católica ha logrado un tratamiento preferencial e inconstitucional sobre los otros cientos de iglesias que operan en la RD, las que deben reclamar ser tratadas de forma individual y no colectivamente.

Pero veamos cómo se manifiesta en la práctica este malicioso concepto discriminatorio de privilegios inconstitucionales en el MINERD, en el Sistema Educativo Dominicano:

Primero: en las comisiones oficiales.

En el documento “Bases de la Revisión y Actualización Curricular para todos sus Niveles, Modalidades y Subsistemas”, publicado por MINERD (2014) , aparece un CONSEJO NACIONAL DE EDUCACIÓN conformado por 27 miembros entre los cuales, por un lado figura el Padre Néstor Pazos como “Representante de la Conferencia del Episcopado Dominicano” y, por otro, Alejandra Casilla como “Representante de las Iglesias Cristianas no Católicas”; como si fuesen dos categorías religiosas, dos personerías jurídicas contrapuestas y excluyentes , lo que no establece la ley.( Las iglesias no católicas no conforman, ni una unidad institucional, ni una unidad confesional doctrinaria, son muy distintas y contradictorias, no así la Católica)

Pero además, por otro lado aparece José Cuello como “Representante de los Colegios Privados Católicos”, antepuesto a Lester Flaquer como “Representante de los Colegios Privados Confesionales no Católicos”, como si los no católicos y los católicos fuesen también categorías legales diferenciables. Así también aparece Bolívar Sosa como Representante de los Colegios Privados no Confesionales. En tal caso debiera solo hablarse de colegios confesionales y de colegios no confesionales, sin privilegiar a los colegios católicos otorgándole a la Iglesia de Roma una categoría absurda.

Como se ve, maliciosamente los dominicanos, han sido segregados en dos “categorías ciudadanas religiosas”, en dos categorías religiosas que nuestras leyes no contemplan y que nuestra Constitución rechaza: Católicos y no Católicos.

Segundo: En la asignación de recursos y horas, en las clases-catequesis aprobadas en el currículo oficial de educación.

En consecuencia y de la misma manera, mientras por un lado se incluye en el Currículo oficial de Educación Pública clases de catequesis para Iglesia Católica y se les paga a sus miles de profesores-catequistas, por otro lado se pretende que las Iglesias no católicas se presenten en un bloque para dar sus catequesis, como si sus personerías jurídicas no le diesen el mismo derecho que le da su personería jurídica a la Iglesia católica, la que ciertamente, a diferencias de las “iglesias no católicas”, constituye una unidad fundida a la Santa Sede (ver Concordato).

Para comprobar lo dicho véase el documento publicado en la entonces Secretaría de Estado de Educación, (2007): SUBSECRETARÍA DE ASUNTOS TÉCNICO-PEDAGÓGICOS DIRECCIÓN GENERAL DE CURRÍCULO CONTENIDOS BÁSICOS ÁREA DE FORMACIÓN INTEGRAL HUMANA Y RELIGIOSA NIVEL BÁSICO Serie Desarrollo Curricular NO. 7. AÑO 2006-2007. Allí se encontrará el currículo católico (catequesis) detallado, en la página 108 del ÁREA DE FORMACIÓN INTEGRAL HUMANA Y RELIGIOSA.

Pero ¿Qué pasaría si el Estado, como debe ser, rechazara estas dos categorías religiosas inexistentes, católicas y no católicas, y dejara de operar de facto para privilegiar a la Iglesia de Roma?

¿Qué pasaría si cada una de las iglesias no católicas con incorporación legal ( cientos y cientos) solicitaran al MINERD (al Estado) recibir el mismo trato preferencial que le dan a la Iglesia Católica?

De seguro que, de hacerlo, el MINERD tendría que asignarle a cada una de ellas una o dos horas semanales en las aulas, (lo imposible) para que, en igualdad de condiciones, pudiesen impartir sus propias catequesis y, por demás, proceder también a pagarle sus profesores, como se les paga a los miles de profesores catequistas de la Iglesia de Roma. Evidentemente, de aplicarse la Constitución y la equidad tendríamos más de cien mil profesores impartiendo catequesis en las escuelas públicas.

Ciertamente que sería un caos, pero es lo que deben exigir todas las iglesias al Estado para demostrar la inequidad y la injusticia que hoy se practica.

Cinco mil catequistas para los Pentecostales, cinco mil para la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, cinco mil para la Iglesia de Dios…etc.… y dentro de cada una de estas denominaciones generales existen docenas de Iglesias incorporadas independientes a estas. La solución la da el Estado Laico, donde nadie es privilegiado.

Mientras tanto debe imperar la el mandato de la Constitución: o jugamos todos o se rompen las barajas.

Esperamos que cada una de las iglesias no católicas en dominicana procedan de inmediato ante el MINERD a reclamar sus derechos, y, de no ser correspondidas por obvias razones, que recurran de inmediato al Tribunal Constitucional, el que deberá anular este privilegio del que goza la Iglesia de Roma.

A menos que su presidente Ray Guevara salga al frente y manipule a sus compañeros jueces para que produzcan una mostrenca sentencia que satisfaga a su Cardenal, al que cada año le encarga celebrar el TEDEUM que ha definido a este Tribunal Constitucional como un tribunal pro católico, apostólico y romano, tendenciado, moralmente descalificado para tratar los temas religiosos que involucren a la Iglesia de Roma.