Las diversas componentes que se han propuesto construir la denominada Convergencia tienen un acusado retraso en la definición de cuatro cuestiones fundamentales: la escogencia del candidato que el PRD Mayoritario propondría a la Convergencia, la unidad de propósitos de los grupos minoritarios que la integran, la definición del perfil de los candidatos municipales y congresuales y el tiempo en que deben precisarse estas cuestiones.

No hay dudas, después del último discurso de Hipólito Mejía se ha acentuado la percepción de que este estaría pensando seriamente presentarse como candidato y con ella, la incertidumbre del sector de Luis Abinader sobre el desenlace de ese tema. Es natural, esa circunstancia puede crear tensiones entre los integrantes de las fuerzas de ambos dirigentes y eso, lógicamente, tendría un impacto negativo en el discurrir  del proceso de construcción de esa Convergencia.

El PRD Mayoritario es una referencia clave para la construcción de cualquier bloque unitario con reales posibilidades electorales de derrotar el bloque conservador que lidera el PLD. Pero, si ese grupo no  sella su definitiva unidad se convertirá no sólo en un lastre para la Convergencia misma, sino para el éxito electoral de cualquier proyecto unitario de cara al 16. En tal sentido, la Convergencia está compelida a resolver ese problema en el tiempo que resta de este año.

La definición del tema de la candidatura de ese grupo resulta crucial para definir los temas de las candidaturas municipales y congresuales, lo cual está indisolublemente vinculado al tipo de gobierno que se quiere instaurar. Esa definición evidenciará si el candidato de ese grupo, en el caso de ser también de la Convergencia, tiene una real vocación de cambio. Ello así, porque el perfil de los candidatos a los referidos cargos podría indicar si en verdad se quiere un Congreso de gente seria y gobiernos locales de gente honesta y competente.

En el 16, no bastará elegir un buen jefe del Ejecutivo, deberán elegirse legisladores y funcionarios municipales idóneos,  que garanticen la regeneración de instancias claves del Estado, sobre todo del poder judicial. La escogencia de candidaturas menores incuestionables definirá  el proyecto de gobierno por el cual valdría la pena luchar y la Convergencia que se quiere construir.

La estructura clientelar y corrupta actualmente en poder no se derrota con la simple sumatoria de grupos y tendencias, sino con la movilización de segmentos de la población que sólo daría sus votos a candidaturas realmente representativas de sectores políticos, sociales, productivos y profesionales, no a quienes representen otras estructuras político/clientelares igualmente corrompidas.

Para desatar este nudo es fundamental se requiere un liderazgo con la suficiente ascendencia, lucidez y fuerza para que se logre conformar una oferta electoral atractiva, por la calidad de los candidatos, por su comprobado compromiso con la mejores causas de este país y por su solvencia ética, experiencia de trabajo profesional y/o político. Sólo de esa manera podría lograrse más que un paquete de candidatos una oferta electoral de contenido social.

Para la escogencia de esas candidaturas, la unidad de propósito de los grupos minoritarios convergentes es imprescindible, como también la confluencia de grupos opositores que son referencias significativas en el combate contra la corporación PLD, pero que lamentablemente persisten en la quimérica y suicida apuesta  a ser ellos el centro de una convergencia de fuerzas y no parte de un torrente opositor unitario no excluyente. Como lo dicta este tiempo.

Parece que la cantidad de errores cometidos por los sectores progresistas dominicanos en la historia del país son insuficientes para aprender que el sentido de la oportunidad política, el sentido del tiempo político, es fundamental para lograr incidir positivamente en los procesos políticos. Las abstenciones y/o las participaciones testimoniales y precipitadas en los procesos electorales no han cesado de ser una constante a la que debe ponérsele punto final.

En esta, como en toda coyuntura política el tiempo es clave. Mientras menos tiempo tomemos para definir las cuestiones arriba referidas menores serán las posibilidades de que la corporación PLD mantenga su poder más allá del 16.

Sin importar a quien escoja como candidato.