Sin duda uno de los acontecimientos más debatidos en materia económica del año
2024, fue el proyecto de “Ley de modernización fiscal”, retirado del Congreso Nacional Dominicano, el pasado mes de octubre, en virtud de la falta de consenso entre diversos sectores de la sociedad, expresado durante las vistas públicas que dio apertura este órgano del Estado.
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Economistas de gran renombren, manifestaron sus consideraciones con respecto a este proyecto de ley, donde la mayoría solicitó al Gobierno reformular algunos puntos de la propuesta de ley, dado los efectos que la misma pudo haber provocado, en el desempeño de la hoy pujante economía dominicana.
Sin embargo, como si hubiera tenido en sus manos una bola de cristal, el economista José Luis Alemán, escribió hace casi ya veinte años en su artículo “Reformas impositivas o fiscales”, muchos de los argumentos formulados en el debate actual, anticipando con sorprendente precisión las tensiones económicas y sociales que dicho proyecto generaría, así como, los desafíos estructurales que aún persisten en la implementación de políticas fiscales en el país.
En su artículo, menciona que la sociedad ha desarrollado una actitud crítica hacia los impuestos, basada en la percepción de que estos no generan un retorno justo. Por igual, señaló que, para la clase media, cada nuevo impuesto se convierte en una “frustración existencial”, al amenazar su aspiración de mejorar su calidad de vida.
Asimismo, destacó la desconexión entre la carga fiscal impuesta a los contribuidores y la calidad de los servicios públicos. La sociedad, enfrentaba a un sistema impositivo que frenaba la equidad fiscal, percibía que los impuestos no se traducían en mejoras tangibles en aspectos como educación, salud, transporte o seguridad. Además, la carencia de señales de austeridad por parte del Gobierno, en el aparato administrativo del Estado, algo a lo que le llamó “terquedad gubernamental” debido a que prioriza el aumento de los ingresos fiscales, ignorando las demandas de transparencia y distribución equitativa del gasto.
A pesar de las advertencias del padre Alemán, los últimos gobiernos han ignorado la necesidad de una reforma fiscal integral que aborde tanto el aumento de ingresos como la eficiencia y equidad en el gasto público. Este enfoque miope no solo perpetúa las desigualdades, sino que también debilita la credibilidad de las instituciones.
Las palabras del padre Alemán siguen siendo un llamado urgente a repensar nuestro sistema fiscal. El tiempo nos ha dado la razón, sin transparencia, austeridad y una visión centrada en políticas económicas populistas, las reformas fiscales seguirán siendo percibidas como una imposición injusta, donde la clase media seguirá siendo la más afectada.
Es momento de romper el ciclo de errores históricos y construir un sistema fiscal que inspire confianza y promueva un desarrollo verdaderamente sostenible. La responsabilidad recae tanto en el Gobierno, como en la sociedad dominicana para exigir rendición de cuentas y un cambio estructural que permita avanzar hacia un futuro más equitativo y prometedor.
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