Que trabaje sin corbata y hasta sin saco; que vaya a los pueblos a hablar con la gente y quedarse de un día para otro; que visite a los principales opositores en sus casas y partidos; que convoque a partidos, gremios, asociaciones y universidades a hacer un gobierno de consenso; que haya iniciado la limpieza de la nómina estatal eliminando botellas; que no rehúya ninguna pregunta periodística; que le haya restado solemnidad al poder. Todo eso habla muy bien de Luis Abinader….Pero falta algo: los calendarios de las acciones, que son demasiados, en un país donde el tiempo apremia…(¡Y mucho!).