El proceso de confección de las listas de candidaturas congresuales, municipales y algunas presidenciales para las próximas elecciones, constituye una evidencia más de la debilidad institucional y de la precaria legitimidad de la representatividad de la generalidad de quienes ostentara los principales puestos en las instituciones del Estado. Eso es más acentuado en los grandes partidos, sin que deje de ser un problema en la generalidad de los más pequeños.

El presente proceso de escogencia de las candidaturas a las referidas instituciones está lleno de sobresalto, de escandalosa violación a las reglas establecidas en determinadas organizaciones políticas para normar ese proceso de arreglos, pactos y presiones de todo tipo, tanto de particulares grupos políticos como de singulares miembros de estos. En esos escándalos, en las acciones, declaraciones abiertas y encubiertas de algunos miembros del PLD, se llevan la palma.

Igualmente, el contenido de los pactos suscritos por Danilo y otras franquicias para una aprobación de la reforma constitucional que le garantiza su repostulación y de la generalidad de los representantes del PLD en el Congreso, municipios y distritos municipales, constituye una demostración de que en ese partido es donde más lejos ha llegado la degeneración institucional, la prostitución de la práctica política y la falta de democracia interna de la generalidad de nuestros partidos.

En Ciencia Política existe el axioma que dice que la forma en cómo discurre la vida interna de un partido, se reflejará en el poder que este ostente o que pretenda ostentar. La gravedad de los escándalos que envuelven a figuras y prácticas del presente gobierno, no son más que reflejo del proceso degenerativo del partido que gobierna. La corrupción en la esfera básica este gobierno: la construcción, se manifiesta en el generalizado descontento de los numerosos suplidores del Estado que se sienten estafados porque no les pagan a tiempo sus servicios y extorsionados para que acepten determinadas formas de pago de los encargados del gobierno.

El reciente suicido de un arquitecto vinculado a la OISOE ha sido asociado a estas estafas/extorsiones, algo que ha afectado a numerosos ingenieros y arquitectos involucrados de buena fe en las construcciones del gobierno. Por igual, las acciones delictivas en las que son vinculados funcionarios municipales del PLD, que tipifican como propias del sicariato, también se inscriben en esa lógica perversa de la elección de representantes a las principales instituciones del Estado mediante arreglos, pactos y componendas completamente divorciados de una auténtica democracia.

Tener una representación en las instituciones del Estado, constituye la vía más expedita para participar directa o indirectamente en las políticas de construcción y/o empleos de este gobierno/partido/corporación, de ahí la importancia de las candidaturas congresuales y municipales, para desde allí crear y ampliar las estructuras clientelares nacionales y locales, controladas por las tendencias o agrupamiento en torno a los dirigentes para la reproducción del poder de estas y en última instancia, del partido todo.

Los partidos de oposición que realmente quieren romper esa lógica perversa de reproducción del poder, a través de presentación de candidaturas a los puestos electivos mediante el reparto de cuotas puestos a tendencias y "aliados", sin un proceso para su escogencia donde prime la democracia y sin voluntad de escoger gente de reconocida solvencia formativa y ética, deben reflexionar sobre lo que pasa en el PLD, para que esas guerritas por las candidaturas congresuales y municipales no se produzcan en las diversas colectividades políticas opositoras.

También, es necesario machacar, la oposición que realmente quiere crear un contexto político a través de un nuevo gobierno, debe hacer conciencia de que la unidad opositora no es lo único necesario para lograrlo, sino también la solvencia de sus candidaturas. Un nuevo contexto político, con un nuevo gobierno, sólo es viable con representantes esencialmente alternativos y democráticamente escogidos. El resto dependerá de cómo y cuáles fuerzas encabecen ese contexto y, fundamentalmente, de la imaginación y audacia políticas de esa fuerzas. .