El papa no puede llegar a Filipinas a decir a sus gentes que sean “muy sagaces, hábiles y fuertes para decir NO a cualquier intento de colonización ideológica sobre la familia”. El papa no puede criticar a quienes hoy emplean la “colonización ideológica” para “imponer ideas extranjeras en una cultura”, lo mismo que hizo su Iglesia hace siglos en esas tierras.
Jamás pensé escuchar estas cosas de Francisco, todo un jesuita inteligente y preparado, y por demás, ché, Argentino.
Les dijo:
Que la Iglesia no llevó ideas extranjeras a esas tierras, pues, en un encuentro con las familias se dedicó a condenar a quienes emplean la “colonización ideológica” para “imponer ideas extranjeras en una cultura”. (Qué cojones tienes Francisco, amárratelos bien para que no tropieces con ellos)
Señores: hay que ser bastante cínico para llegar a las Filipinas con carita de “yo no fui”, para atreverse a criticar lo que ellos mismos hicieron: Colonizarlos: imponerles ideas extrañas a su cultura, para explotarlos, para entregarlos “ya domesticados”, “evangelizados”, a las huestes imperiales españolas saqueadoras de riquezas y culturas.
Y lo llamamos cínico, porque sería injusto llamarlo inculto y mucho menos bruto o despistado, pues conoce la historia.
Pero, el papa llega más lejos y les deja saber cuales fueron las estrategias que entonces emplearon, advirtiéndoles “que las ideologías están siendo insertadas en países en desarrollo a través de la educación de los niños”. Confesando así su técnica, el viejo pecado de su Iglesia, como si “evangelizar” no fuese lo mismo que “colonizar ideológicamente”. Pero señor papa, ¿acaso ustedes no se dedican todavía a “cristianizar” a los niños antes de los 7 años?
Y más allá, les llegó a dar detalles y les previno: Tened cuidado con una persona que entre “con una idea que no tiene nada que ver con la nación”, por que lo que buscan es cambiar “una mentalidad o una estructura”.
Pero más ofuscado todavía, llegó a contar una anécdota diciendo que “durante el Sínodo de los Obispos sobre la Familia de 2014, los Obispos de África lamentaron que cosas similares suceden en sus países”. Como si en África (o en América) la Iglesia de Roma no hubiese llegado también como la gran colonizadora, a pervertir las culturas de esos pueblos.
¿Pero habrá perdido la razón? ¿O lo habrá abandonado el Espíritu Santo? ¿Desconocerá la historia?
La historia
Por si acaso, le recuerdo este pasaje de la historia:
“A finales del siglo XVI a las Filipinas llegaron grandes cantidades de agustinos, franciscanos, dominico, jesuitas y recoletos, los que, además de ‘llevarlos’ al cristianismo, les enseñaron costumbres europeas”.
¿Colonialismo ideológico? ¿Reevangelización de cerebros?
Como en América, allá también fueron despiadados y arrasaron con creencias y costumbres, pervirtieron sus corazones para entregárselos a sus amos, al poder imperial explotador español y no al Cristo.
No pierda los estribos señor Papa, reconozca que ha metido la pata al decir estas barbaridades en Filipinas, reconozca que usted es un neo-colonizador imperial, un mensajero moderno que ha llegado a Filipina a continuar con el trabajo de su antepasados, en avión y no en nave de velas, pero a recolonizar, a reforzar su ideología en las mentes de estos desdichados filipinos, y lo peor, a reforzar una ideología que solo se nutre de ignorancias, la que usted sabe promover con su sonrisa, la ignorancia que nos muestra ese pueblo cuando sale a flagelarse salvajemente en cada Semana Santa por las calles, en nombre de Cristo, lo que usted promueve y celebra.
¡Dejémonos de vainas!
Referencia: Alerta del papa