1. Resulta altamente preocupante y peligroso el que la Comisión de Alto Nivel para Prevención y Control del Coronavirus, creada por el presidente Danilo mediante el decreto 132-20, y de la cual forma parte el ministro de Salud, haya descuidado la salud mental durante la pandemia del coronavirus que padece el país.
2. Pese a que una de las prioridades en situaciones de emergencia como la que está viviendo el mundo y el país es proteger y mejorar la salud mental y el bienestar psicosocial de toda la población, lamentablemente, en este sentido, aquí en el país hay un gran vacío y se carece de un plan y de un protocolo para asumirlo. Y si existieran, es el secreto irresponsablemente mejor guardado. Y que no nos digan que existen. ¡Que no es cierto!
3. De debe tener bien claro que más allá del momento delicado que estamos viviendo a causa de la pandemia, todavía no podemos saber cuál será el daño en cuanto a lo psicológico que ocasiona esta situación. Muchos están enterados de las recomendaciones sanitarias para prevenir y cuidarnos del coronavirus, pero los dominicanos nos encontramos huérfanos de medidas para poner en práctica en cuanto a lo psicológico.
3. Hay que asumir como una alerta que el impacto psicológico de la cuarentena, el aislamiento social y el confinamiento por el COVID-19, es amplio, profundo y puede ser duradero. Los efectos psicológicos de no atender la salud mental pueden debilitar las medidas para la prevención y control del coronavirus y permitir que la epidemia se propague, con resultados de una magnitud incalculable. ¡La situación amerita con urgencia de un Plan Nacional para el manejo de problemas emocionales producidos por el COVID-19!
4. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los EE.UU. (CDC, por sus siglas en inglés) recomienda estar atentos ante los siguientes síntomas comunes de angustia durante una epidemia (y después que ésta pase): Sensación de entumecimiento, ansiedad, miedo e incredulidad; Cambios en la energía y el apetito; Dificultad para concentrarse; Dificultad para dormir o pesadillas constantes durante las noches; Reacciones físicas como dolores de cabeza y cuerpo, problemas estomacales y sarpullido; Incremento en el uso de alcohol, tabaco y otras drogas.
5. El mismo CDC recomienda buscar ayuda profesional si uno experimenta estas sensaciones o comportamientos durante varios días seguidos, o son un impedimento para cumplir con nuestras responsabilidades, entre ellas las recomendaciones emanadas de los expertos y de los organismos autorizados de salud.
6. Hay que educar para tomar conciencia de que el peligro para la salud mental de la población comienza con el bombardeo de noticias sobre el COVID-19. ¿Cómo leer las noticias sobre la pandemia? El estrés, la ansiedad y la preocupación son las principales consecuencias de estar expuestos a reportes de noticias repentinos y constantes sobre el brote del virus, según explica la Oficina Mundial de la Salud, OMS.
7. Este mismo organismo recomienda buscar sólo información necesaria para preparar un plan de prevención para uno mismo y la familia. Es necesario disminuir la cantidad de tiempo que individualmente o con la familia se dedica a ver, leer o escuchar coberturas mediáticas del COVID-19.
8. Hay que combatir el estigma social afecta a la salud mental. El estigma social, en el contexto de una crisis de salud, es la asociación negativa entre una persona o un grupo de personas con una enfermedad específica. Según define un documento elaborado sobre este fenómeno durante la pandemia del Covid-19, por la OMS, Unicef y la Cruz Roja Internacional.
9. El estigma social está basado en tres factores principales: La falta de información sobre una enfermedad nueva; Solemos tener miedo ante lo desconocido; Es fácil asociar ese miedo con "los otros"; Este estigma puede tener un impacto importante tanto en el acceso de estas personas a servicios sanitarios como en su salud mental. Los médicos y personas con Covid-19 pueden verse afectados a nivel de salud mental por el estigma social.
10. Es importante prestar atención a los niños y a los adolescentes con el miedo al coronavirus. La OMS sostiene que los niños y adolescentes se sienten mejor cuando pueden expresar y comunicar sus preocupaciones en un ambiente seguro y donde reciban apoyo. La mayor demanda de cariño y necesidad de cercanía es normal en los niños y adolescentes en situaciones de crisis. Conviene, por tanto, contar con un plan de actividades dirigido a la familia que tienen niños y adolescentes.
11. Hay que tomar en cuenta el riesgo del COVID-19 para la salud mental de los adultos mayores. Los adultos mayores, sobre todo en esta etapa de aislamiento social obligatorio y aquellos con demencia senil, se ponen más ansiosos, estresados y agitados. Por eso la labor de sus familiares y del personal médico que lo atiende en el hogar, (servicio que lamentablemente no se ofrece aquí todavía), es de suma importancia.
13. Durante las crisis del COVID-19 es normal sentirse triste, estresado, confundido, angustiado, asustado o molesto. Evadir estas emociones hace que crezcan y se vuelvan más fuertes. Se hace necesario tener al alcance una persona de confianza para hablarlas. En tal virtud, volvemos a repetir como un salmo responsorial: “La situación alarmante del coronavirus en el país reclama con urgencia un Plan Nacional para el manejo de problemas emocionales producidos por el COVID-19”.
14. A este Plan de Salud Mental, PSM, se deben integrar en calidad de voluntarios, a los estudiantes y profesores de la carrera e Psicología de las 16 universidades que ofertan la carrera, así como el Colegio Dominicano de Psicología, CODOPSI, la Sociedad de Psiquiatría, los Orientadores y los obispos, sacerdotes, diáconos y consagrados. Y los pastores de las comunidades evangélicas. ¡Así se está haciendo en muchos países!
15. Urge contar con este PSM lo más pronto posible. En estos momentos millones de víctimas psicológicas en el país lo están necesitando. ¡Con ello se supera la (des) vergüenza, el olvido o la irresponsabilidad de quienes hace rato debieron haberlo hecho y también haberlo puesto al servicio de la población dominicana!
Y que no diga la “Comisión” que ese PSM y su protocolo existen. No es cierto. El pueblo y las víctimas lo saben. Que se hagan. ¡Ojalá que no sea tarde!