A los Masones despiertos y a los dormidos

“Y desde entonces papas fundamentalistas elegirían cardenales fundamentalistas con la encomienda de elegir a la vez papas fundamentalistas.”

Readoctrinamiento clerical y la SS

Se inició entonces un eficiente proceso de “readoctrinamiento clerical” utilizando a nuevos sacerdotes instruidos secretamente en los Misterios del Opus, formados en seminarios especiales como “Supremos Sacerdotes” (SS) de La Santa Cruz, la rama clerical del Opus que salvaría a la Iglesia de los demonios y de sus fuerzas liberales

El Opus había sido promovido como una Obra Milagrosa de Dios revelada en exclusividad a Josemaría Escrivá para encargarle la misión de rescatar a la Iglesia de las manos del “relativismo y la modernidad que corroían a todos los sacerdotes”; un Josemaría predestinado que debía renovar al clero dormido que permanecía seducido por las ideas libertarias progresistas de los Masones Guerreros.

Desde entonces solo los curas obedientes serían promovidos. En cuanto a los rebeldes serían anotados en el “libro de la muerte” para ser relegados a funciones intrascendentes, las menos remuneradas, provechosas e influyentes.

Y desde entonces papas fundamentalistas elegirían cardenales fundamentalistas con la encomienda de elegir a la vez papas fundamentalistas.

El círculo vicioso del poder Vaticano y de sus príncipes debía ser cerrado prontamente para que los Masones no volviesen a infiltrarse y colocar a un Papa Masón como Juan XXIII en el Trono de Pedro, para que jamás pudiesen convocar un tercer Concilio Vaticano que liberara al pueblo cristiano que el Faraón- Papa mantenía cautivo.

El Opus Dei se había convertido en las “SS armadas” de la Iglesia, en la Waffen-SS, el cuerpo de combate de élite de las Schutzstaffel o escuadras de protección del fundamentalismo vaticano, las mismas de Heinrich Himmler, pero ahora, armadas de una Cruz sin Cristo (la vacía que caracteriza al Opus) bajo el comando de un Panzer Papa.

Control de la Agenda Nacional y de los Medios

Pero sus propósitos renovadores no eran solo de carácter interno, debían conquistar a los sectores poderosos de cada país, a los laicos: políticos y empresarios prominentes, líderes nacionales y regionales etc. Pero siempre con los ricos, con los poderosos, como lo hacía el obispo homosexual y pederasta Marcial Maciel en México con sus Legionarios de Cristo- protegido de Juan Pablo II- violador de sus propios hijos.

Pero sobre todo debían tomar el control de los medios de difusión: prensa, radio y televisión. Reclutando a sus propietarios o directores para consagrarlos como Supernumerarios del Opus, diciéndoles en secreto que habían sido elegidos por Dios para cumplir una importante misión según las revelaciones recibidas por el fundador Josemaría. Pero, en su defecto, debían presionar a los Medios para que negasen sus espacios mediáticos a los Masones y a las ideas liberales, a quienes osaren enfrentarlos.

Sacar de los Medios los “temas perjudiciales” era un preciado objetivo, la censura y el silencio mediático era su más eficiente instrumento pues les permitía manipular la opinión pública y mantener al pueblo desinformado: Imponerle la Agenda Nacional a los Medios de comunicación era su principal objetivo.

Con el Opus le declaraban la guerra a la humanidad, a todos los que luchaban por alcanzar la LUZ, dentro o fuera de la Iglesia.

Lavando cerebros

En cuanto a sus métodos operativos y de reclutamiento, a diferencia de los Masones, el lavado de cerebro y el castigo del cuerpo flagelado y del alma era su más efectivo instrumento; debían controlar la mente y hasta el más íntimo pensamiento de sus seguidores, especialmente el de los llamados Numerarios: máquinas humanas, especie de escuadrones para-clericales de extrema derecha que se comportaban como “curas laicos” jurando votos de castidad, pobreza y obediencia, programados con esmero para ser  convertidos en reclutadores de almas, en  trabajadores proselitistas de tiempo completo sin salario y que por demás, debiendo trabajar privadamente, debían entregar sus propios recursos económicos a la causa del Opus, sacrificando sus vidas y sus familias, guiados por los mandatos del PADRE fundador Josemaría, obedientemente.

Disciplina y obediencia era la orden del día, el imperativo constante que El Padre remachaba en su libro “Camino” , el “manual espiritual” que les garantizaba a todos su llegada directa al Paraíso mediante las preces especiales que les fueron reveladas por Dios al Padre de la Orden, pues ante estas sagradas oraciones formuladas se abrían las puertas del Cielo.

Pero los traumas provocados por los Lavados de Cerebros salían a luz en la medida en que los familiares denunciaban los abusos y los siquiatras se empeñaban en curar a los Numerarios renunciantes que lograban escapar de los “Centros de Concentración” donde reclutaban a sus autómatas mediante la firma de Contratos legales. http://www.opuslibros.org/quienes_somos.htm

Y así, se dedicaron a trabajar con los laicos, pero solo en las altas esferas, en los encumbrados círculos de la sociedad, manteniendo sus nombres ocultos para tomar el poder desde arriba y por asalto, pero concientes de que debían guardar las apariencias y fomentar Obras de Caridad para cacarearlas por todas partes y esconder su marcado desprecio por los desposeídos y su amor por las élites

Su gran temor

Pero el nombre del Opus Dei debía permanecer en bajo perfil mientras que sus agentes, ocultos, se dedicaban a manipular la agenda de la sociedad y los Medios, con total dominio y fortaleza, previendo el día no lejano en que los Masones del Templo perdiesen el temor y les salieran al frente.

El Opus les temía pues conocía muy bien la esencia guerrera de los Masones, la fuerza y vehemencia de su Casta Kshatriya, como “Protectores de la humanidad”, como entes justicieros dedicados a trabajar sin descanso por el Imperio de la Luz.

Se sentían temerosos, en espera del día fatal en que El Gran Arquitecto del Universo despertase a los Masones para que activasen sus energías dormidas y propagasen sus ideas redentoras con templanza, pero sin temor, de frente, anunciando una nueva batalla a muerte entre la Luz y las Tinieblas, entre los “Albañiles de la Luz” y los “Esclavos de las Sombras”.

Su gran temor… que los Kshatriyas Masones tomasen sus espadas y se lanzasen a la gran batalla.