Eso de que en los barrios más diversos (incluyendo los de la muy sensible y politizada clase media) tengamos ya, cada día y a toda hora, pandillas de diez o más delincuentes motorizados asaltando a mucha gente, imponiendo así un miedo generalizado; y que la fuerza pública (que parece que no tiene tanta fuerza ni es tan pública) no esté actuando como el caso merece, tiene un grave significado, por lo que Luis Abinader no debe perder más tiempo en disponer que se actúe con la mano dura que el caso amerita…(No es por casualidad que por aquí y por allá la gente empieza lamentablemente a demandarle que emule a Trujillo).