Es de todos conocido que la movilidad de un proceso cualquiera se lleva a cabo a través de la organización social. Esta organización puede ser de tipo social o comunitario, económico como una empresa y político como los partidos. En todas ellas, lo común es que se distinga la jerarquía vertical para el desenvolvimiento de sus funciones. Y generalmente estas organizaciones verticales tienen a una persona a la cabeza que dirige o guía las acciones hacia los objetivos comunes. A estas personas que se encuentran a la cabeza de la organización, y que la dirigen, se les suele llamar líderes.

Los líderes son las personas que ejercen el liderazgo, que se define como la influencia que se ejerce sobre los miembros de las organizaciones y a través de las cuales se les incentiva para que trabajen de forma entusiasta por un objetivo común. Mediante el liderazgo, una persona se distingue de los demás por su capacidad para tomar las decisiones acertadas para el grupo, inspirando a los demás a alcanzar una meta común. En el ámbito empresarial, normalmente un líder es el que lleva la voz cantante de las funciones a realizar para alcanzar las metas de la empresa, es decir, en este caso existe más un jefe, que un líder.

Los líderes puedes ser formales, cuando son elegidos por la organización, o informales, cuando emergen de su propio seno de manera natural. Otra forma de abordaje del liderazgo es la psicológica, que enfoca la organización del grupo y su cohesión al objetivo o tarea planteada, es decir, el alcanzar la realización de la tarea u objetivo, mantiene la cohesión del grupo y la aparición del líder, o líderes, en caso de haber diferentes personas cuyos objetivos sociales puedan ver la luz a través de sus acciones. Es por esto que el análisis psicológico del liderazgo cobra vital importancia al momento de valorar la eficiencia, o la eficacia, de un liderazgo específico. Siempre estará ligado el liderazgo al cumplimiento de los objetivos de la organización, puesto que elementos intrínsecos del liderazgo y la cohesión de la organización, como la autoridad, el poder, pueden influir de manera negativa en el alcance de dichas metas. Cuando se trata de autoridad, el trabajo en equipo se desvirtúa por la obligación de la obediencia al mando. Si se trata de poder, se deberá tener control estricto del cumplimiento, puesto que el consenso se perderá, y las órdenes no serán acatadas. Se pierde así la funcionalidad de la organización, que ve en el funcionamiento un cambio en los reales objetivos que se tenían planteados.

Se dice que el liderazgo democrático pierde eficiencia justamente por la amplitud de la participación y su horizontalidad en la toma de decisiones. Nuestro país no tiene una tradición cultural de organización ni liderazgo participativo. Más bien, las formas de organización que nos hemos dado socialmente son las autoritarias, en las que el líder toma las decisiones de manera unilateral sin tomar en cuenta la participación de los integrantes del grupo, y con un diálogo limitado entre ellos. Mejor aún, en lo que he visto: se exponen las ideas y tras bastidores las decisiones son tomadas a espaldas del grupo. La tradición poco democrática de nuestra historia hace que el grupo sea utilizado por el liderazgo para llevar a cabo sus propios fines. La situación que está viviendo nuestra sociedad requiere del concurso de todos para alcanzar los fines de todos. En cualquier ámbito, sea éste el productivo, el educacional, el artístico, el comunitario, el económico o el político.

Les comparto las características que distinguen el liderazgo de nuestros días en nuestra sociedad, que publica Nelson Espinal Báez en esta referencia: https://www.diariolibre.com/opinion/en-directo/liderazgo-actual-en-republica-dominicana-DF8447072

“Hablamos de transparencia, pero operamos con opacidad. Hablamos de legalidad, pero no rendimos cuentas. Hablamos de democracia, pero no somos demócratas. Hablamos de concertación, pero imponemos nuestro punto de vista. Hablamos de cambios trascendentales para todo el país, pero ese cambio sólo puedo encarnarlo yo. Hablamos de pasar la antorcha, pero mejor nos quemamos las manos con ella. Hablamos de diálogo, pero empezamos con huelgas. Hablamos y prometemos en campaña, pero callamos y olvidamos en el gobierno”.

El tema del liderazgo se enfoca mayormente para las agrupaciones políticas, pero me parece que debe abordarse para todo tipo de organizaciones, así como tomar en cuenta en sus dinámicas cuáles aspectos de los diferentes tipos de liderazgos dominan en la actividad organizacional, puesto que es posible que se vean entremezcladas y que el compadrazgo, la mayor y más importante forma de cohesión social dominicana, sea quien domine, a fin de cuentas, las tareas a realizar y el hecho de que las mismas sean alcanzadas o no.

Tanto hablar del liderazgo, un tema complejo y multidisciplinario, para enfocar la importancia que en nuestros días cobra la acción civil, y cívica, de nuestros ciudadanos en objetivos que trasciendan metas cortoplacistas, inmediatas, de beneficio puramente económico, y con un marcado egoísmo que no nos permite visualizar la necesidad, y la urgencia, del abordaje de objetivos comunes. Me desenvuelvo en el área ambiental, de manera que esto cobra mayor significado, tomando en cuenta, incluso, lo que se expone en la reunión de Madrid sobre Cambio Climático COP 25 y el riesgo que estamos viviendo por la no acción en la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, en las dificultades que se enfrentan porque solo se ve la eficiencia económica inmediata en la propuesta de gestión integral de residuos y el aprovechamiento de todos sus tipos, especialmente los orgánicos, que producen mayores niveles de contaminación. O el tema de la seguridad alimentaria sumada a la vulnerabilidad de nuestro territorio insular, que puede provocar una merma en la producción de alimentos para suplir las necesidades de la población. De NOSOTROS. El tema de la educación luego de la publicación de los resultados de la prueba PISA constituye otro problema que debería preocupar a todas las gentes sensatas y ejercer presión social y política para que la educación sea abordada de manera responsable.

Por eso me parece que las formas tradicionales de liderazgos autoritarios y oportunistas deben empezar un proceso de revisión, visto que lo importante en una agrupación, es el cumplimiento de la TAREA. Y sea que cumplamos esta tarea primero y aquella después, lo importante es que las cumplamos todas con el concurso de todos, y para beneficio de todos. No pasará mucho tiempo antes que podamos cosechar los frutos de nuestra acción colectiva. Trabajemos por ello.