Concluyo mi mirada crítica al proceso electoral recién pasado. Fueron cuatro apuntes que trataron los temas del derrumbe del PLD, el ascenso tsunámico del Lic. Luis Abinader (PRM), el achicamiento del liderazgo del Dr. Leonel Fernández (FP) y hoy le toca al Dr. Guillermo Moreno (AlPaís). Todos encabezaron bloques de alianzas electorales.
El pedigrí personal y político del Dr. Moreno se remonta a la creación de la república. Su ancestro Manuel Jimenes, a quien apodaban El Gallero, perteneció a la sociedad secreta La Trinitaria. Lograda la independencia fue miembro de la Junta Gubernativa, el primer gobierno dominicano. Luego se convirtió en el segundo presidente del país. Su hijo, Juan Isidro Jimenes, fue presidente en dos ocasiones.
El abuelo del Dr. Guillermo Moreno fue el poeta Domingo Moreno Jimenes, creador y líder del movimiento literario el postumismo. El primogénito de Domingo Moreno Jimenes, Juan Isidro, también fue poeta y padre del abogado y político que hoy nos ocupa.
A la luz de las elecciones presidenciales y congresuales recién pasadas, Alianza País, el partido que encabeza el Dr. Moreno, vio disminuir su caudal de votos en relación a los obtenidos en 2016. En cuanto la JCE sumó los resultados de los cuatro niveles de elección, acorde con la ley, en vez de crecer, ahora se redujo a un 0.56%. Es decir, pasó de 1.83%, 4 años atrás, a 1.27% de los votos válidos emitidos el 5 de julio pasado.
Alianza País, en consecuencia, debería reflexionar por qué ahora disminuyó su porcentaje de votos conforme a las elecciones de 2016. ¿Qué pasó ahí?
Sin embargo, con todo y la caída electoral de AlPaís, logró agrupar parte importante de esos votos en la Circunscripción 1 del Distrito Nacional. La concentración le dio el primer diputado del partido representando un territorio específico. En el 2016, por el contrario, obtuvieron el 1.83% de los votos, pero tuvieron que conformarse con un diputado nacional. Una curul que, por demás, se prestigió al ser escogido para llenarla un líder de la izquierda histórica, el ex guerrillero y teórico Fidelio Despradel.
Pienso que es tiempo de que la organización centroizquierdista abra el abanico político e incluya a diferentes sectores de la sociedad. Mirar a la sociedad dominicana de hoy tal cual es, para lograr mayores oportunidades de cambiarla. Bien le vendría al Dr. Moreno recordar que Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, rasgó sus vestiduras blancas con una estrategia política con la cual articuló la mayor cantidad posible de sectores del país azteca en la lucha de acabar con la corrupción e impunidad.
¿Qué le cuesta al Dr. Guillermo Moreno integrar en su partido a todo aquel que quiera contribuir a un cambio real y profundo en la sociedad, haciendo concesiones mínimas que no comprometan sus principios?
El discurso anti-corrupción y anti-impunidad debe mantenerlo, pues pocos hombres públicos en la actualidad están revestidos de la reciedumbre moral del Dr. Moreno. Con una única pifia: llevar como candidata a un cargo público, por su partido y en el mismo proceso que es él candidato a la Presidencia, a su esposa. Sobre todo cuando el Dr. Moreno es un abanderado en contra del nepotismo. Pero esa pifia menor, se corrige sobre la marcha.
Si procede así, la grandeza del Dr. Moreno García consistirá en propiciar una transformación de gran calado de la sociedad dominicana.
Conviene recordar que, en este país, la pulcritud en el manejo de los recursos públicos anda por senderos roñosos, por decir lo menos. El éxito se mide, en general, por las posesiones materiales. Por ese jeepetazo que manejas que hace suspirar a la exuberante chica embellecida por el botox y la silicona.
Si Alianza País no asume una recomposición de sus estructuras política y electoral, su futuro es incierto. Algo que resultaría penoso para la sociedad dominicana.
Resulta injusto, por ejemplo, que luego de fundirse con Opción Democrática de Minou Tavares Mirabal –la hija de dos mártires dominicanos y una mujer brillante y de impoluta conducta ética–, en vez de crecer, disminuyo.
Adelante Dr. Moreno, usted es un hombre de linaje que, como la isla, está rodeado de dominicanidad por todas partes.