El drama argentino, esa telenovela (o culebrón, como le llaman vulgarmente en nuestra América Latina) provocada por los “Holdouts” (mejor identificados por la prensa argentina como fondos buitres) al conseguir que un juez neoyorkino, Thomas Griesa, le diera ganancia de causa al condenar al Gobierno argentino a pagarle los bonos no-reestructurados (ya que no aceptaron la reestructuraciones del 2005 y 2010) pero que no puede ejecutar por el carácter de deuda soberana y sólo puede conminar a la Argentina a negociar su cancelación. De ahí el tirar sin aflojar de ambas partes.
Por su parte, el gobierno argentino reclama que la cláusula llamada RUFO (Rights upon future offers) le obliga a no cumplir con la demanda del Juez Griesa. Para comprenderla, acudí a una revista especializada, en este caso de Chile, Inversor Global, en su enlace: http://www.igdigital.com/2014/07/letra-chica-que-es-la-clausula-rufo-y-por-que-es-la-clave-para-terminar-con-el-conflicto-buitre/.
Todo por la noticia de que los cuatro gigantes financieros internacionales (Citi, HSBC, JP Morgan y Deutsche Bank) fracasaron en su intento de aplicar una solución privada: comprarle con descuento a los buitre la deuda, para pedirle al Juez Griesa el retiro de la demanda y esperar el año para cobrar el dinero, como lo informa El País, en su enlace: http://economia.elpais.com/economia/2014/08/15/actualidad/1408134704_219088.html
Lo que está en juego es la jurisprudencia a establecerse que las reestructuraciones de muchas otras deudas se caerían si un juez puede interpretar condiciones “soberanas” en un futuro no muy lejano. La deuda griega le fue aplicada esta interpretación a favor del gran capital y ya Perú le fue aplicado recientemente, pero ahora es que se está poniendo a prueba.
“Argentina alega que no puede pagar a los fondos buitre lo que reclaman porque hasta finales de año rige una cláusula que establece que si se les abona más a los que rechazaron la reestructuración de 2005 y 2010 y se quedaron con los bonos impagos de 2001 que a los que la aceptaron, estos últimos tienen derecho a reclamar el mismo tratamiento. Es decir, el país podría afrontar nuevas demandas por casi 90.000 millones. La duda de los bancos internacionales que negociaban con los buitres era si en 2015, cuando la cláusula venza, Buenos Aires les iba a pagar la deuda de 2001 sin quita o les iba a seguir ofreciendo la refinanciación de 2005 y 2010. Los bancos tampoco llegaron a un acuerdo por el precio del pasivo impago en manos de los fondos especulativos, que equivale a unos 1.300 millones de euros.”, nos señala Alejandro Rebossio en su parte en El País.
Aquí entra la explicación de Inversor Global: ¿Qué sería de la Argentina sin la astucia de los abogados? Probablemente, sin ella, el país ya tendría que haberse declarado en default, entre otras cosas. Sin embargo, las herramientas jurídicas pueden utilizarse a favor o en contra de las distintas posiciones y justamente eso es lo que sucede con la cláusula RUFO. Algunos creen que ésta es un impedimento para acordar con los fondos buitre y otros piensan que oficia de “as bajo la manga” en esta misma pelea. Pero, ¿de quién?
En el litigio que involucra a los holdouts y la Argentina, hay intereses encontrados. Una de las partes, los fondos buitre, quieren cobrar la totalidad de los bonos adquiridos luego de haber rechazado entrar en el canje de deuda que el país propuso en el 2005 y 2010.
La otra parte, el Gobierno argentino, está en problemas ya que si llega a pagar esa suma a los bonistas, debería darle el mismo tratamiento a los que habían entrado al canje.
Esto es así porque los bonos adquiridos contienen una cláusula determinada: la cláusula RUFO, que les permite a los bonistas que entraron a los canjes de 2005 y 2010 reclamar si es que alguien recibe una oferta mejor que la que en su momento aceptaron ellos.
La cláusula RUFO de las que disponen los bonos entregados en los canjes del 2005 y 2010 estipula que cualquier mejora voluntaria que la República Argentina realizase sobre ofertas futuras de canje de deuda defaulteada deberá ser reconocida a quienes posean bonos de los entregados originalmente en los canjes del 2005 y 2010.
Para complicar el muñeco, el gobierno argentino logró un punto frente al Juez Griesa: “Corte de Nueva York hizo lugar a pedido de apelación de Argentina y Citibank” es el titular de Ámbito Financiero, de Argentina, en su enlace en Internet: http://www.ambito.com/noticia.asp?id=754207
En un nivel superior, la Corte de Apelaciones de Manhattan, el gobierno Argentino y Citibank reclaman que el Juez Griesa sólo levantó por una vez la suspensión de pago a los bonistas bajo legislaciones extranjeras, estando pendiente un próximo pago en septiembre. Según la decisión de Griesa, no se podría realizar.
Argentina, continúa en un derrotero de enfrentamiento judicial que puede llevarnos a nuevas jurisprudencias en materia de deuda soberana. Alejadro Rebossio, el analista argentino que escribe en El Pais, de Madrid, España reporta: “Argentina entró el pasado 30 de julio en una crisis de deuda que los mercados apostaban a que fuera corta, solo por unos días o semanas. Confiaban en las gestiones que cuatro bancos internacionales —Citigroup, JP Morgan, HSBC y Deutsche Bank— habían iniciado aquel día para comprarle a los fondos buitres norteamericanos la deuda argentina impaga desde 2001 y desactivar así el bloqueo judicial de EE UU que rige sobre el pago del pasivo refinanciado en 2005 y 2010 hasta que se abone a estos inversores especulativos. Pero la gestión de la banca internacional fracasó, según certificó este viernes el fondo NML. Y ahora analistas prevén que lo que el Gobierno de la peronista Cristina Fernández de Kirchner se niega a considerar un impago parcial de la deuda reestructurada se extienda por lo menos hasta enero de 2015.”
Esperemos el siguiente capítulo de este culebrón… El artículo de Rebossio se encuentra en el siguiente enlace:
http://economia.elpais.com/economia/2014/08/17/actualidad/1408286907_278770.html