Por primera vez en la historia electoral dominicana se utilizará un sistema automático para contar los votos, descartando el tradicional y obsoleto conteo manual, lo que constituye un avance, pero además un gran reto para las autoridades electorales, los partidos políticos y los observadores nacionales e internacionales.

Este sistema implica tener en cada uno de los 15,339 colegios electorales que funcionaran  en el territorio nacional (no se utilizará en los colegios en el extranjero), tres equipos, a saber:

1. Un Dispositivo de Registro de Concurrentes (DRC), que no es otra cosa que una computadora en forma de tableta, que servirá para validar las huellas y demás datos de los votantes.  El votante entrega su cédula, que es pasada por un lector, que verifica los datos de la cédula con la base de datos de la JCE.  El listado de concurrentes (las personas que efectivamente votaron), será impresa en el colegio y además transmitido a la JCE. Tendrá una batería interna de 12 horas de autonomía.

2. Una segunda computadora, en forma de escáner, llamada Conteo de Votos Automatizado (CVA), que luego del cierre de las votaciones, escaneará cada boleta, determinando por el  marcado que haya hecho el votante, a qué candidato corresponde ese voto.  Este equipo generará al final una relación de votación con todos los votos debidamente contabilizados por candidatos y partidos, que luego de impreso, se firmará por los miembros de los colegios y los delegados de los partidos, se escaneará el documento para ser transmitidos electrónicamente a la JCE vía el mismo escáner. Tendrá una batería interna de 4 horas de autonomía.

Un experto en estos procesos me señaló que pocos países hacen la transición hacia el voto electrónico como lo está haciendo la JCE. Me señalaba que desde el voto y escrutinio manual se pasaba usualmente al voto electrónico. 

3. Una impresora que permitirá imprimir en cada colegio el acta de concurrentes y la relación de votación. No he podido encontrar datos sobre si tendrá energía alterna.

A sabiendas que la mayoría de los miembros de colegios no tienen la capacidad para operar estos equipos, la JCE se propone tener un auxiliar técnico en cada uno de los 15,339 colegios donde funcionaran.  En cualquier país del mundo, tanto en el sector público como en el privado,  constituiría un reto importante poner a funcionar por primera vez un sistema computarizado de estas dimensiones con los equipos, programas y sistemas de comunicaciones que requiere.

Uno de los problemas por lo visto identificado por la JCE es el alto porcentaje de errores al  momento de verificar las huellas. En Venezuela, que utiliza esta tecnología de identificación en las elecciones, no ha bajado nunca de un 10%. Imagino que por esa razón la JCE ha previsto tres intentos para verificar la huella y en caso de que no se haya podido, si los datos del elector aparecen en el padrón, el presidente y el secretario del Colegio podrán autorizar su voto. Es importante ir asumiendo conciencia de esta situación para evitar conflictos en los colegios. Sobre todo hay que evitar que los delegados de los partidos pretendan que estas personas que no han podido ser verificadas a través de las huellas, voten observado,  pues se produciría entonces un importante porcentaje de votos de esta naturaleza que podrían obligar a esperar su verificación antes de saber los resultados finales.

Una vez se cierren las votaciones en los colegios, se procederá a tomar una por una las urnas de votación (recuerden que habrá tres, una por cada nivel: urna A presidencial, urna B Municipal, y urna C Congresual). Se colocarán todas las boletas de la urna A en una mesa y se contarán sin desdoblarlas para confirmar que coinciden con el número de votantes señalados en el listado de concurrentes.  Si no coincide, habrá que abrir las otras urnas para verificar que una boleta A no haya sido introducida por error en otra urna.

Las boletas serán desdobladas (recuerden que son introducidas en las urnas dobladas en cuatro para que quepa por la ranura y para proteger el secreto del voto), colocadas boca abajo,  para que no se vea a quién favorece, y las “alisarán”. Serán numeradas de forma manual por el secretario de cada colegio, e introducidas en lotes de 20 ó 25 en la bandeja alimentadora del escáner.

Aquí puede producirse un segundo problema que tal vez la JCE y los fabricantes de los equipos anticipó. Las boletas – el papel- tendrán arrugas producto de haber permanecido varias horas dobladas en cuatro y aunque las “alisarán” con las manos, esas arrugas no desaparecerán completamente y pueden producir atascos en el escáner. Espero que se haya tomado medidas para evitarlo pues de lo contrario esto puede romper con el ritmo de trabajo y alargar el proceso de manera significativa, partiendo de que en cada colegio se escanearán alrededor de 1,200 boletas (si votaran un promedio de 400 personas por colegio, multiplicado por tres boletas por elector).

Es probable que exista un porcentaje de boletas que no puedan ser leídas por el escáner por una serie de razones que van desde el mismo equipo hasta el tipo de marcado que hizo el elector.  Espero que el porcentaje sea muy reducido, pero aún así este tipo de inconvenientes puede alterar el proceso. El equipo está preparado para identificar cuando esto ocurra, señalando cuál boleta no ha podido ser leída, para lo cual utiliza el número que el secretario ha colocado manualmente en la boleta. Al final, se toman estas boletas y se valida la intención del votante en forma manual y se introduce el resultado en el equipo en forma también manual.

Lo mismo se repetirá con cada una de las tres urnas y cuando se haya finalizado se procederá a imprimir la relación de votación por cada nivel, se muestra a los delegados y observadores, se procede a firmar por los miembros el colegio y los delegados que así lo deseen, y se escanea para ser transmitido a la JCE a través del propio escáner.

La JCE ya tiene experiencia en esta última parte del proceso pues recordarán que en las elecciones  del 2012 en cada centro de votación existía un escáner a través del cual se escaneaban las relaciones de votación de los colegios que integraban ese centro y se transmitía lo escaneado a la JCE para el procesamiento de los resultados.  En esta ocasión el proceso se hará desde cada uno de los 15,399 colegios.

Un experto en estos procesos me señaló que pocos países hacen la transición hacia el voto electrónico como lo está haciendo la JCE. Me señalaba que desde el voto y escrutinio manual se pasaba usualmente al voto electrónico. Aquí tomaremos un camino más largo: pasaremos primero por el escrutinio electrónico antes de llegar, en algún momento en el futuro, al voto electrónico, en el cual se verifica al votante, se vota , se cuenta y se transmite, todo en un solo equipo.

Lo importante en este momento es que este sistema que usaremos por primera vez esté rodeado de todas las garantías posibles, que ayuden a eliminar suspicacias y a dejar sin argumentos a los que justifican la derrota electoral a través de las denuncias de fraude. Para estos fines los equipos, programas y procesos a utilizar deben ser debidamente auditados y certificados por expertos independientes, escogidos por la JCE previa consulta con los partidos, y deben realizarse todas las pruebas previas que sean necesarias. Aunque la JCE ya informó que esta auditoría será llevada a cabo, aún no ofrece detalles al respecto, a menos de 40 días de las elecciones, lo que es preocupante.

En cualquier empresa mediana que quiera cambiar su plataforma tecnológica, o agregar módulos a los ya existentes, se toman todas las medidas para probar que una vez en producción, esos módulos funcionen correctamente y la Ley de Murphy no venga a hacer de las suyas.

Participación Ciudadana ha solicitado a la JCE que para agregar confianza al sistema, en un 3% de los colegios electorales (alrededor de 460) se realice un conteo manual, además del electrónico, con la finalidad de poder comparar los resultados entre un sistema y otro.  Los colegios serían seleccionados por PC a través de una muestra aleatoria, como lo ha hecho para su conteo rápido en todas las últimas elecciones presidenciales,  y en cada uno de estos colegios de la muestra habría observadores de esta entidad.   La JCE tiene esta solicitud desde hace más de dos meses sin haber producido una respuesta ni positiva ni negativa.

Debido al tamaño de la muestra que solicita PC no se puede alegar que esta propuesta impediría ofrecer los resultados con la prontitud que pretende hacerlo la JCE para estas elecciones, pues podrá dar los resultados del 97% de la votación con la velocidad prevista.

El escrutinio automatizado de los votos es un paso importante en la reconocida modernización de nuestro sistema electoral, pero también representa un reto que debe ser superado en un clima de seguridad y confianza al cual todos debemos aportar.