El tema del desempleo es uno de los principales frentes de batalla, para ganarle la lucha, al estancamiento económico. El empleo es la piedra angular del desarrollo y sus beneficios van mucho más allá de los simples ingresos. Son fundamentales para reducir la pobreza, hacer que las ciudades funcionen y, proporcionar a los jóvenes opciones de participación social[1].

En el caso particular de los jóvenes, su inclusión al mercado laboral, sirve para quebrar la línea que los lleva a cometer actos ilícitos. Convirtiéndolos, de este modo, en entes productivos para la sociedad. Sin embargo, la existencia de este fenómeno y, la falta de políticas públicas, hacen que la juventud sea el sector más vulnerable. Tienen casi el triple de probabilidades de estar desempleados respecto a los adultos.

La juventud dominicana se encuentra, con una tasa de desocupación ampliada de 31.2%[2]. Algo alarmante. Muchos renuncian a continuar la búsqueda. Y otros, en virtud de la prolongada crisis económica, los obliga a ser menos selectivos con los empleos. Es mayor el número de jóvenes que aceptan trabajos de tiempo parcial o empleos temporales[3].

Otro de los aspectos preocupantes, es la calidad de los empleos. Por ejemplo, labores agrícolas, trabajan en microempresas familiares o como jornaleros temporales. Esto supone pocas o ninguna garantía, en términos laborales y, salarios muy bajos, que resultan insuficientes para atender las necesidades básicas y familiares. Y, por otro lado, no todos tienen un tipo de cobertura.

No podemos dejar de un lado, que una de las causas de este fenómeno, ha sido producto de los desequilibrios en las políticas macroeconómicas de las naciones más poderosas del mundo. En buena medida, se han transferido a los mercados generales, afectando en forma considerable los mecanismos de creación de empleo.

No obstante, una estrategia para atacar el desempleo es procurar el crecimiento inclusivo, en la medida en que con ello se cubren tres fuentes: (i) Fomentar el crecimiento, promoviendo al mismo tiempo el empleo productivo; (ii) Asegurar el acceso a igualdad de oportunidades, para que todos los sectores de la sociedad se beneficien del crecimiento y empleo; y, (iii) Corregir algunas desigualdades desde el punto de vista de los resultados, especialmente los que afectan a los pobres y, a los sectores vulnerables de la población, como la juventud.

[1] Cfr. Informe del Banco Mundial en octubre del 2012.

[2] Cfr. Banco Central.

[3] Cfr. informe Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2013 de la OIT.