He sufrido una decepción cuando leí el reportaje de Rose Mary Santana en Acento.com.do titulado “Nace en Miami grupo pro restablecimiento de relaciones con Taiwán”, disponible en el siguiente enlace: https://acento.com.do/actualidad/nace-en-miami-grupo-pro-restablecimiento-de-relaciones-con-taiwan-8853832.html
Dice el parte noticioso: “La agrupación Dominicanos en Apoyo a Taiwán (DAT) ha sido creada en Miami con el propósito de favorecer el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre la República Dominicana y Taiwán, forjadas hace 77 años y rotas en 2018 al oficializarse las relaciones con China.”
“Durante una reunión previa a la constitución de la organización DAT, el jurista Pelegrín Castillo enfatizó que la iniciativa se produce en una coyuntura internacional marcada por la crisis Pekín-Washington “y la creciente amenaza que China comunista representa para la democracia y los derechos humanos a nivel internacional".”
“Estuvieron entre éstos los embajadores Rafael Díaz y Cristina Aguiar, Hipólito Ramírez, presidente de la Junta Democrática Dominicana, Manuel Núñez, escritor e intelectual, José Armando Tavares, ex rector del Instituto Tecnológico de las Américas, y el general Plutarco Medina, entre otros.”
Conozco al grupo fundador de Dominicanos en apoyo a Taiwán. Respeto su posición, pero aclaro mi decepción que es como profesor de veinte años de “Estrategia Nacional y Geopolítica”. Mi estupor es encontrarme con formaciones intelectuales que no consideran los “intereses nacionales” dominicanos sino los de otras naciones siguiendo los patrones de los “conspiracionistas” para justificar sus postulados. Uno de ellos es que en medio de la coyuntura electoral estadounidense del 4 de noviembre próximo, el Presidente Trump quiere presentar como una “cruzada” de occidente su “guerra comercial” con China. Y para ello quiere producir un evento de impacto para el electorado norteamericano.
Los escenarios utilizados han sido:
- la Unión Europea: cuando trató de subordinar la seguridad y la defensa a la OTAN y demandando la equitación militar de todos los socios al equipo norteamericano. Caso fallido.
- Venezuela: sostenimiento del Gobierno alternativo de Guaidó y al final desautorizarlo, para buscar un entendimiento con el régimen de Maduro. Caso en el congelador.
- Cuba: retrotraer las relaciones reestablecidas con el régimen a las prácticas de la “Guerra Fría”. Caso en la inopia. Y…
- China: desatar la “IV Guerra Mundial, la cibernética” mientras libra la “III Guerra Mundial” extendiendo el conflicto del Oriente Medio y, en el medio usar a Taiwán como peón en su pretendida OMS-alternativa.
¿Tienen garantizados los ideólogos de esta operación la certeza de la reelección de Trump como la tuvieron con la de Medina? ¿Por qué proponer a un gobierno que comienza una medida tan radical como el rompimiento de relaciones y hacerle “cara bonita” a un gobierno que no es tan seguro si continuará en el poder luego del 20 de Enero del 2021?
Podríamos perder lo más por lo menos. Esto no sería servir a los intereses nacionales. Menos si fuere parte de una estratagema de Pompeo, el flamante Secretario de Estado de Trump, en su reciente visita a la toma de posesión del Presidente Abinader.