Resulta cada vez más preocupante la incompentencia generalizada de nuestros estudiantes para interpretar un texto.

Los últimos resultados del informe PISA muestran un fenómeno que desborda la cuestión de las deficiencias académicas. Si un joven es incapaz de captar la idea principal de un escrito ni puede identificar los principales planteamientos del mismo, restringe de modo significativo su experiencia comprensiva.

La transmisión de la información, del conocimiento y de la comunicación en general pasa por medios escritos, sean impresos o digitales, pero lo más importante, en la cultura informativa de nuestros dias, existe una saturación de información donde se mezclan los informes científicos avalados y las reflexiones fundamentadas con las noticias pseudocientíficas, los mensajes distorsionadores, las falsas noticias, o las medias verdades. ¿Como puede una persona con problemas para interpretar distinguir unas de otras? ¿Como puede analizar un discurso mal intencionado, detectar incoherencias o carencia de fundamentos?

Como vemos, el problema de la interpretación no es solo una cuestión escolar. Se trata de un serio problema para nuestras formas futuras de vida democrática. Las sociedades abiertas se fundamentan en el diálogo y en la interpretación. Si una comunidad carece de integrantes capaces de interpretar y dialogar con criterios mínimos de racionalidad y criticidad está condenada al monólogo, al autoritarismo, a la dictadura explícita o enmascarada.

No es entonces exagerado hablar del derecho a interpretar como un componente intrínseco a la dignidad de las personas y del deber de los Estados democráticos de promoverlo. Pues sin éste derecho el ejercicio de la libertad en sus distintas manifestaciones (libertad de expresión, de conciencia, de asociación) se convierte en frívolo ejercicio de palabrería, de cháchara, de pertenencia a una horda, de vida inauténtica.

Nuestra época experimenta muchos signos de transformaciones generadas por la revolución digital que agudizan nuestra sumersión en la inautenticidad. Esto hace más urgente desarrollar nuestra capacidad de interpretación. Toda posibilidad de experienciar formas de vida auténticas pasa por nuestra capacidad de interpretar e interpretarnos.