Cuando el mundo hoy camina por sendas tan diversas y cruciales para establecer contactos, comunicación social, redes virtuales que producen un acercamiento no obstante la distancia física; otros se niegan al debate donde el país conozca sus propuestas de programas y metas. Es un verdadero contrasentido a la luz de los acontecimientos de diálogos que se contemplan en los distintos escenarios de la geografía internacional. ¿Por qué se teme, porque se niega el debate en campaña?

Me parece un equívoco  a todas luces, porque sólo nos interesa analizar las ideas, los proyectos y programas a implementar por los consabidos candidatos  a fin de que el pueblo y sus diferentes sectores evalúen las propuestas lanzadas. Quien  no acepta el debate se pone de espaldas a los principios democráticos y actúa con soberbia autoritaria, dejando espacio para el chisme y las polémicas intrascendentes cuando hay la necesidad de afrontar tantos asuntos serios.

Es una exigencia de la inteligencia dominicana escuchar a los actores de la política nacional, en el entendido de que somos nosotros los que pagamos todos sus gastos y de que tienen una responsabilidad de ofrecernos cuentas de sus competencias y acciones. No tenemos ninguna información con la callada, con la mudez. Lo contrario es una deshonra a la dignidad, a la inteligencia de los dominicanos, que clama por entrar en la comprensión de sus planes, en la defensa de sus programas y futuras ejecuciones, capaces  de ser equiparadas por los votantes para identificarse o no con las mismas. El alegato de acudir a cifras, por demás engañosas, no justifica  negar compromisos con la sagrada condición sine qua non de respetar al dominicano en su derecho de rendimiento de cuentas ahora y posterior de los candidatos.

Reuniones, cumbres y diálogos se mueven en las diferentes crisis que brotan en las relaciones internacionale entre naciones, como entre organizaciones doctrinarias y religiosos, tal como apreciamos en estos momentos entre el Patriarca Ortodoxo Ruso y el Papa Francisco  a distancia de mil años de desencuentro de esos líderes mundiales; igual acontece con la crisis del Medio Oriente ,en particular la guerra en Siria, creando los Países una Alianza entre Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudita, Irán y Turquía  en dirección a detener el desastre y eliminar al terrorismo de Isis. Aún en el Debate de la radical diferencia respecto al tema de la permanencia del dictador Al Assat en el poder de Siria. No obstante combaten juntos en la idea común de acabar con el Estado Islámico.

Quien rehúye un debate, que no hace daño a nadie, sino que lo más probable es que asesores extranjeros, ajenos a la cultura dominicana por el diálogo, se lo hayan sugerido al Presidente Medina, no creo sea una buena opción. A tal punto que nos asombramos de ese desatino, no basta con publicitar obras hasta la saciedad con hermosas imágenes ya ejecutadas por el Gobierno con el presupuesto nacional aprobado por el Congreso. Vamos a debatir con honor y entrega los nuevos planes a futuro inmediato en los cuatro años venideros por parte de los candidatos de frente al pueblo.