Irónicamente , los hermanos ateos, los Castro,  han puesto “en manos de Dios” el futuro de su  Revolución , nombrando al papa su embajador para que les haga el milagro de quitar el embargo Yanqui  y ponerlos a danzar dos tangos.

Si no fuese por lo ridículo y jocoso no me hubiese atrevido a llamarle sainete o farsa  a este viaje papal que no ha de gustar para nada a muchos gusanos cubanos que se muestran muy disgustados.

El sainete empieza porque:

  Ni Fidel  ni su hermano se creen los cuentos de esta Iglesia política , empezando porque los dos saben muy bien que “el papa sabe también” que él no es ningún sucesor de Pedro y que su Iglesia, de ninguna manera, es la exclusiva de Dios en esta Tierra del Diablo.

¿ Pero de qué Dios nos habla? , le dijo Fidel a su hermano, refiriéndose a lo que predica la Iglesia  de Roma ¿Es que se están poniendo locos? Calma mi hermano , le dijo Raúl, recuerda que los necesitamos con urgencia.  Por ahora debemos ser más papistas que el papa, además,  mientras mantengamos al cardenal Ortega cogido por el “pichirrí”, los Gusanos de Miami y las Damas de Blanco tendrán su merecido y no las recibirá el papa … Ortega  nos prometió que no las recibiría y que cualquier manifestación en las calles serán ignoradas por su prensa.

El papa Francisco y Fidel Castro. Foto: Cubadebate
El papa Francisco y Fidel Castro. Foto: Cubadebate

 El Cristo de los balseros cubanos

Ofuscados, todos vimos con asombro cómo los hermanos Castro le han regalado al papa un  Cristo crucificado pero en tamaño natural y crucificado en cruz de remos, pero sin darse cuenta de que el artista que lo esculpió se burlaba de ellos al clavar al Señor en una cruz hecha de remos balseros , si de remos balseros, como diciéndole al pueblo que Cristo les ordenaba abandonar la Revolución y salir en balsas para Miami.

Pero ¿ Y no se dieron cuenta los hermanos Castro de semejante mensaje ?  …  Y digo yo: Los años no perdonan a nadie, ni a la revolución ni a los revolucionarios.

Quizás quisieron lucírsela como se la lució don Evo,  el que le regaló al papa un Cristo clavado en  una cruz marxista de martillo y oz y no de remos balseros .

Ciertamente, se trata de un viaje de intereses, de un negocio político entre dos líderes populares que se necesitan mutua mente:  una revolución quebrada que tratan de salvar con capitales odiados,  y la otra empresa quebrada también, en una Europa llena de templos vacios por proteger pederastas, debiendo poner sus ojos en esta América explotada , la que fue “evangelizada” con armas y violencias, en masacre cultural y despojo religioso, donde ahora todavía conservan inmensos tesoros:  la pobreza y la ignorancia, los dos caldos preferidos que alimentan a su Iglesia.

Son dos colosos , pero de promesas , vendedores de esperanzas: mientras la Revolución solo tiene medio siglo prometiendo y cumpliendo algunas cosas, la Iglesia tiene veinte, pero solo prometiendo y prometiendo, sin cumplir nada de nada,  pues , la salvación y la llegada de Cristo están pendientes todavía dos mil años después como fantasma en pena, y  lo peor es que la gente lo espera y lo espera mientras los curas venden cruces e indulgencias, haciendo que sus rebaños esclavos depositen sus dineritos en su Banco Vaticano, diciéndoles que están seguros por el Espíritu Santo.

¿Y aquello de la sanación y los milagros? … Bueno mi querido hermano , es que no ha visto usted que cuando un obispo se enferma sale a buscar un médico sabio en vez de un “cura charlatán de aquellos que “ponen las  manos”.  Además , no cree usted que si un obispo tuviese fe en paraísos divinos no se aferrara tanto a esta vida del diablo. De estas y otras cosas reflexionaba Fidel con su hermano Raúl diciéndole encojonao:

“ Mira Raúl, lo que más me dolió fue haber negociado restaurar en el calendario festivo criollo el  Nacimiento de Cristo , el 25 de diciembre , esa azarosa costumbre de celebrar el Solsticio de Invierno  que la Iglesia copió del pagananismo romano… aunque , debemos resignarnos porque aquella  diabólica concesión que le hicimos nos ha traído muy buenos  resultados ; le comentó  Fidel a su hermano Raúl Castro, con un habano apagado en sus manos , sin poderlo fumar… suspirando  y diciendo:

Si  Francisco no los convence de quitarnos el embargo en el discurso que les dará el jueves 24 en la sección conjunta del Congreso Americano, créeme hermano Raúl que le voy a arrancar los granos.