A partir del próximo mes de mayo, desaparecerá, eventualmente, el conteo manual de votos en las elecciones generales dominicanas. Todo el proceso electoral (registro de concurrentes, verificación y transmisión de resultados) será realizado utilizando sofisticados equipos electrónicos. La parte manual, hasta ahora, se limitará al marcado de la boleta por el votante. A partir de ahí la computadora, es decir, la máquina, hará el resto.
El proceso comprende la utilización de unidades de registro de concurrentes donde se verificarán las huellas de los ciudadanos para validar el padrón electoral. Las boletas de votación serán escaneadas en cada Colegio Electoral. Los resultados serán transmitidos de inmediato a la JCE y de ésta se repetirán a las juntas electorales municipales.
Las juntas municipales emitirán boletines con los resultados parciales o totales de su demarcación. Los partidos políticos, a su vez, recibirán las actas electrónicas y los boletines emitidos. Simultáneamente los resultados se transmitirán a los ciudadanos por los medios masivos de comunicación.
El presidente de la JCE, Dr. Roberto Rosario, explicó que para estos fines se instalarán en cada Colegio Electoral tres dispositivos electrónicos de primera generación. 1. Dispositivo para el Registro de Concurrentes (DRC); 2. Unidades de conteo de votos automatizado (CVA); y 3. Impresora de relaciones de votación de resultados.
¡Qué fácil lo pone el Dr. Rosario! Tal y cual como si los votantes dominicanos fueran votantes japoneses, quienes sí están acostumbrados a la alta tecnología.
El sistema se puso a prueba en las elecciones de la Asociación Dominicana de Profesores con incontables falencias. Las recién pasadas primarias peledeistas también se prestaron como “conejillos de indias”. Las impugnaciones se presentaron por centenares. Y eso que sólo convencionaron unos cuantos municipios.
El Dr. Rosario Márquez se resiste al escrutinio y ponderación de esa realidad.
En Venezuela puede encontrarse el uso exitoso de este modelo de conteo electoral. Sin embargo, los venezolanos aún tienen sus dudas. Con toda la experiencia acumulada implementan un sistema dual de conteo, es decir, el 50% se cuenta automático, mientras que la otra mitad se hace manual.
La decisión del organismo electoral dominicano obliga a los partidos a redefinir el perfil de selección de los delegados políticos y sus suplentes, para 16 mil Colegios Electorales. Peor aún, la propia Junta Electoral debe capacitar en el uso de los equipos a las 80 mil personas que trabajaran en los centros de votación.
Entonces, cabe preguntarse, ¿De dónde sale tanta confianza por parte de los funcionarios electorales dominicanos?
Del día de hoy, 5 de marzo al 15 de mayo cuentan 71 días para la celebración de las elecciones. En ese brevísimo tiempo, tanto la JCE como los partidos políticos, deberán capacitar su personal en el manejo hábil de esta nueva tecnología. ¿Lo lograrán?
El dominicano podrá ser no demasiado ducho en tecnología digital, pero lo que sí tiene bien clarito es que las computadoras pueden ser programadas para restar de un lado y sumar del otro lado.
El juez electoral Eddy Olivares llamó la atención sobre el uso del sistema automatizado de conteo de los votos. Sugirió que su implementación sea aplazada o utilizada parcialmente. De modo que la duda al salto tecnológico repentino está planteada desde adentro de la Junta Electoral.
¿Qué seguridad tienen los partidos políticos de que no serán víctima en esta precipitada automatización del conteo de los votos? ¿Habrá posibilidad de verificar manualmente los votos, en caso de dudas? ¿Están los votantes preparados para votar bajo esta nueva modalidad? ¿Cómo se formularán las impugnaciones en los Colegios Electorales si ni siquiera podrá verse la marca del voto?
A quienes piden que se aclaren todas las dudas, el Dr. Roberto Rosario con ingenuidad y lejos de su cónsona, la responsabilidad, responde: “Este es un aparato inteligentísimo, tanto es así que de manera periódica va informando sobre la concurrencia de los electores”.
Según el Dr. Rosario estos equipos de computadoras saben más que el lápiz. ¿Será que cambió oro por espejitos?