Según la Organización de la Salud, OMS, el uso de la mascarilla constituye una de las medidas sanitarias que más contribuyen a evitar el contagio por el COVID-19, aunque no es la única.  Su importancia es tal, que la misma OMS, tiene  un Protocolo exclusivo sobre su uso correcto y las situaciones en las que debe utilizarse.

Cuando usted acude a una empresa y observa que sus empleados muestran mascarillas diferentes, extrañas y poco protectoras, usted  tiene la percepción de que se trata de un “carnaval de mascarillas”, y de que es más que probable que esa empresa carezca de los Protocolos, Medidas y Programas Educativos indispensables para la contención efectiva del COVID-19. El razonamiento es simple: “si se descuida este detalle, aparentemente sencillo, es más que probable que se estén descuidando también otros detalles más importantes”.

Urge abrir las empresas pero con la debida prudencia, cautela y “preparación”. Las empresas pueden verse amenazadas por el COVID-19. Tanto las grandes como las medianas y pequeñas, pero las grandes corren un riesgo mayor. Para proteger a su gente, su productividad, sus negocios y la calidad de sus servicios y productos en tiempos de coronavirus, las empresas deben contar con Protocolos, Medidas y “Programas Educativos” y Servicios estandarizados a su medida. Aprobados por la Alta Gerencia en armonía  con las normas prudenciales de las Asociaciones Empresariales, los Entes Reguladores y los organismos sanitarios nacionales e internacionales.

Lo primero  que se debe procurar es  concienciar y educar a los colaboradores y prevenir. Todos aquellos trabajos que lo permitan deberán hacerse en régimen de Tele-Trabajo. De tal modo que los  colaboradores minimicen el contacto con otras personas. Evidentemente en su lugar de Tele-Trabajo deberán guardar un régimen de aislamiento social, y si fuera en la casa, procurar la protección de la familia.

Se deberá incrementar la información preventiva general y definir  políticas internas específicas para la seguridad y protección de los ejecutivos, colaboradores, clientes y suplidores; y la gestión, control y contención del COVID-19. Se debe insistir y hacer difusión efectiva de las Políticas, Medidas, Protocolos y Programas Educativos, especialmente los relacionados con: Higiene de manos; Higiene general; Higiene respiratoria; Actuación en caso de gripe, otras afecciones respiratorias y  los Primeros Auxilios Psicológicos o Psiquiátricos.

La empresa debe definir también Políticas de viajes y reuniones. De manera enfática debe incidir en la higiene (limpieza) de las instalaciones, oficinas, baños, vestidores, comedores y áreas comunes de la empresa y superficies planas y objetos; y cuando sea posible, eliminar el uso de ascensores, los comedores y  las estaciones de agua y café porque producen concentraciones que aumentan la posibilidad de contagio. Debiendo la empresa proveer botellitas de agua y merienda a los colaboradores.

Esta importante tarea no puede dejarse a la discreción, creatividad e iniciativa de los colaboradores ni como tarea secundaria de otro departamento. Debe llevarse a cabo de manera rápida, protocolizada y estandarizada, por lo que se recomienda la creación de un “Módulo de Información y Comunicación”, que debe incluir a los familiares de los colaboradores,  clientes, proveedores y a  la comunidad.  Mediante circular interna y colocar información en la pizarra de anuncios (bulletin board)  y/o mediante la creación e folletos, videos y los circuitos de comunicación internos habituales: carteles informativos/educativos, reuniones, circulares, intranet, redes sociales, e-mail, whatsapp, sms, videos y otros.

Este Módulo debe  establecer una “ventanilla única” eficiente (una persona, un e-mail, o un departamento) para que los  colaboradores y familiares puedan comunicar casos o alarmas de casos de COVID-19 en la empresa o en sus hogares. Debe  incluir también un Sistema  de Atención de  Quejas, Sugerencias, Dudas y Reclamaciones, SAQSDR; generadas por la nueva situación laboral.  Debe incluir también un Procedimiento rápido y efectivo de solicitud de los Primeros Auxilios Psicológicos o Psiquiátricos o de Ayuda Psicológica o Psiquiátrica más profunda.

Se deben colocar dispensadores de gel desinfectante de manos a disposición de colaboradores, clientes y visitantes. Puede ser una práctica complementaria al lavado de manos con agua y jabón.  Se recomienda distribuir y hacer uso de los Equipos de Protección Individual (EPI) que mejor se adapten al entorno y las exigencias del trabajo, principalmente: Protección respiratoria (mascarillas adecuadas); Protección de Manos (guantes);  Protección de los ojos y Ropa de trabajo. Estos insumos deben correr por cuenta de la empresa, tienen un costo que merma el presupuesto de los colaboradores.

Se deben reducir al mínimo las reuniones colectivas y con personal externo llegado de otras empresas o centros de trabajo, si no son imprescindibles, adoptando el teléfono y otras aplicaciones y plataformas. Anular o posponer la asistencia de sus empleados a ferias, congresos, eventos públicos o similares que no sean imprescindibles. Fomentar el teletrabajo entre los colaboradores  en la medida que la actividad lo permita. Facilitar los medios tecnológicos necesarios, dotando esta actividad de su propio protocolo.

Resulta de gran importancia el  reforzar la “limpieza diaria” de las  oficinas, baños e instalaciones, especialmente en lo referente a superficies planas (escritorios, mesas, mostradores), teléfonos, teclados compartidos, frascos, pasamanos, espacios comunes de colaboradores, vestuarios y zonas de contacto frecuente con clientes internos y externos. Esto requerirá “aumentar el personal de limpieza”, capacitarlo sobre su nueva función y  su propia protección; aumentar las medidas higiénicas  diarias. Debe contar con su propio protocolo.

Otra tarea importante, sobre todo por su impacto en el desarrollo de actitudes y “comportamientos resilientes” y  de protección emocional, es la creación de  un procedimiento para gestionar las inquietudes, duda y trastornos emocionales, que puedan surgir entre los colaboradores. Se debe proporcionar asistencia psicológica permanente a los colaboradores y a sus familiares. El COVID-19 genera mucho estrés y otros trastornos emocionales que afectan la productividad, la calidad de los servicios, la convivencia en la empresa, la asistencia y la observancia de normas.

Resulta apropiado y fundamental el establecer también un “Módulo de Seguimiento Interno” en la empresa para valorar los posibles casos y alarmas de contagio  cuando se produzcan, así como la aplicación y  cumplimiento de todos los Protocolos, Medidas y Programas Educativos. Este Módulo estará integrado por representantes de la Alta Gerencia, la Gerencia de Gestión Humana, la Gerencia de Logística y de los colaboradores.

Los empresarios deben procurar que sus empresas no se queden en el simple “carnaval de mascarillas” frente al COVID-19. Deben  tomar (con urgencia) otras medidas para la contención inteligente y efectiva del contagio del coronavirus y para el funcionamiento constante y exitoso de la empresa. No deben perder tiempo. Ello puede significar  pérdidas de vidas, dinero, oportunidades de negocios, colaboradores, clientes y prestigio.

Las empresas que quieren mirar seriamente el futuro después del COVID-19, deben contar con un “Plan de Vuelo” para la contención, vigilancia y control del COVID-19, y para salir triunfadoras de cualquier tipo de crisis. ¡Crisis significa peligro, pero también oportunidad!