Tres candidatos a diputados inscritos este domingo marcaron la tendencia. Gente joven, sangre nueva, opciones diferentes en el panorama político de la República Dominicana.

Aquiles Correa, Santiago Matías y Bolivar Valera, tres personajes de la comunicación, cada uno destacado en su área y en su circunscripción correspondiente.

A mí, me vale muchísimo que gente joven, sin problemas, sin necesidad de brillar, no sólo se interese en la política; sino que también se decida a comprometerse de lleno con las demandas serias del congreso y su comunidad. Un compromiso, que a diferencia de muchos, asumen formalmente más allá de un teclado, un hashtag y redes sociales.

A Bolivar lo conozco y le reconozco. Sé de su formación familiar, de su rol como padre responsable y abnegado.

A Aquiles, a quien no solo conozco, sino que también admiro, todos sabemos de su vínculo serio con Villa Consuelo, de su formación familiar y del respeto con el que ha levantado una familia y sus negocios, exitosos todos.

De Santiago, a quien no conozco, puedo afirmar y confirmar su arrastre y el carisma que lo adorna y que no es secreto para nadie. Un arrastre y carisma que ha demostrado de sobra.

Cada uno es su circunscripción, es el ejemplo y el reflejo de la suerte de cada joven que aspira a hacer patria. Que tiene la inquietud de hacer lo propio por su comunidad.

Si algo le hace falta a la política en este país, es gente nueva, sin prejuicios y con visión global. Ellos, los tres, saben de eso.

A ellos, todos, la mejor de las suerte. Mis mejores deseos de que al mejor estilo de Napoleón, “vini, vidi, vinci”. Que nos hagan sentir orgullosos de poner nuestro empeño y esperanza en ellos.

Mientras, yo manejo las ganas imposibles de poder dividir mi voto en cada una de sus circunscripciones.