Un hecho de insospechada trascendencia ha sido la decisión del Presidente Luis Abinader (a quien por esto le viene bien el cargo), de ascender al segundo teniente de la Policía Nacional, Salvador Sánchez, por haber puesto en su lugar nada menos que al senador oficialista por Montecristi, Moreno Arias, quien con toda soberbia exigió en el destacamento de Castañuelas la libertad de un delincuente cercano a él, y se enfrentó a un “no” rotundo, porque “usted será senador y todo lo que quiera, pero quien manda aquí soy yo”. (¡Bien por el ahora primer teniente y bien por Luis, por premiar este ejemplo aleccionador!).